domingo, 20 de septiembre de 2009

MARTÍN LUTERO GUÍA N. 2 CUARTO BIMESTRE

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En muy contadas ocasiones un solo hombre ha sido capaz de desencadenar un cambio tan radical en el curso de la historia.
¿Quién fue realmente este hombre que tan poderoso influjo ha ejercido en la marcha de los acontecimientos europeos desde el siglo XVI?
«Al vaivén del fervor y del odio vacila su re­trato en la historia»:
— Lutero ha sido duramente combatido por la historiografía católica. En cambio, Lutero ha sido exageradamente encumbrado por la historiografía protestante. El resultado de estas dos posiciones contra­rias ha sido una imagen irreal, desfigurada de Lutero.
En nuestros días existe ya una posibilidad de entendimiento entre católicos y protestantes so­bre lo que realmente fue Lutero y sobre el significado de su reforma.

1. Nacimiento de Lutero: Martín Lulero nació en (Sajonia) el día 10 de no­viembre de 1483.

2. Predicación de las indulgencias: El Papa Julio II (1503-1513) se propuso la construcción de una grandiosa basílica digna del Príncipe de los apóstoles. Con este fin requirió los servi­cios del arquitecto Bramante. En 1506 se colo­có la primera piedra. Para sufragar los gastos de la basílica mandó predicar una indulgencia plenaria para todos aquellos que contribuyeran con sus limosnas.
León X. sucesor de Julio II, renovó la in­dulgencia en 1514. En Alemania se asignó la promulgación de la bula al arzobispo de Magdeburgo, Alberto de Brandehurgo. La mitad de la recaudación sería para la construcción de la basílica de San Pedro, y la otra mitad se le dejaba al joven arzobispo para que pudiera pagar a la curia pontificia los impuestos por su acumulación de beneficios.
Alberto de Brandeburgo encargó al domini­co Juan Tetzel la predicación de la indulgen­cia en Sajonia. Sus predicaciones provocaron las iras de Lutero.

3. Las 95 tesis de Lutero sobre las indul­gencias: Las últimas investigaciones en torno a la fijación de las 95 tesis sobre las indulgen­cias en la puerta de la Iglesia del castillo de Wittemberg por Lutero han demostrado que se trata de una leyenda. No obstante, se puede considerar el día 31 de octubre de 1517 como la fecha de nacimiento de la rebelión protestan­te, porque en ese día Lutero recurrió a la auto­ridad eclesiástica; y este recurso, no atendido, fue el que dio origen a la reforma luterana. El día 31 de octubre de 1517 Lutero se encon­traba aún en la alternativa de convertirse en un auténtico reformador de la Iglesia o en un revolucionario. Si la jerarquía eclesiástica de su distrito hubiese dado una respuesta de ver­daderos pastores de almas al recurso presentado por el monje agustino de Wittemberg, sin duda que se habría evitado la escisión de la Iglesia.


4. Doctrinas heréticas de Lutero: Lutero te­nía una gran raigambre católica. El pensamiento católico pervive en él. Su Catecismo abreviado podría, casi enteramente, formar parte de un Catecismo católico. A pesar de ello, Lutero fue hereje. Los puntos básicos de su pensamiento herético son los siguientes:

a) Tendencia espiritualística respecto a la Iglesia y a la religión en general:
— Despoja a la Iglesia de su corporeidad.
— Contra la autoridad objetiva del Magisterio eclesial pone un individualismo subjetivista.
— Al quemar el Derecho Canónico (1520) anuncia un nuevo concepto de la Iglesia: La Iglesia de la fe en contra de la Iglesia del orden jurídico.
— Al negar la eficacia santificadora de los Sacramentos, a excepción de la Cena y del Bautismo.

b) Justificación: Contra la doctrina de la justificación, por medio de las buenas obras, enseñada siempre por la Iglesia, Lutero afirma que la justificación se consigue por la sola fe.

c) Contra la concepción tradicional que de­finía la fe como un asentimiento y sumisión a la verdad objetiva, Lutero afirma que la fe con­siste en el encuentro subjetivo con Dios por la confianza.

d) Contra la conciencia moral ligada objeti­vamente a la Iglesia, propone Lutero la concien­cia moral subjetiva.

5. Juicio sobre Lutero:
a) Casi todos los críticos consideran a Lu­tero, en bueno o en mal sentido, como un profeta, porque predica la penitencia con un extraordinario poder de su palabra, descubre la pecaminosidad de los hombres y pone el dedo sobre las llagas de su época, invita a la conversión, amenaza a los hombres con la re­probación eterna de Dios, tiene su peculiar in­terpretación del Evangelio.

b) Pero en Lutero no se da el profetismo ge­nuino, porque éste sólo existe cuando el profeta es boca de Dios y cuando su testimonio de verdad es objetivo y absolutamente válido, no sólo unilateralmente válido como en Lutero.

c) Lutero fue absolutamente leal y sincero en sus exigencias de reforma, a pesar de algu­nas dudas de conciencia que lo acompañaron siempre. Pero Lutero no fue un santo: El odio terrible y casi demoníaco contra sus enemigos descartan su santidad.

Bibliografía: *Manual de la Historia de la Iglesia. Jesús Alvarez Gomez, cmf.
*Historia de la Iglesia Católica. J.Lenzenweger. ed. Herder . 1997.

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