jueves, 15 de octubre de 2009

CONCILIO VATICANO II - CUARTO BIMESTRE


El Concilio Vaticano II fue un concilio ecuménico de la Iglesia católica siendo uno de los eventos históricos que marcaron el siglo XX. Fue convocado por el papa Juan XXIII, quien lo anunció desde el mes de enero de 1959.
El Concilio constó de cuatro sesiones, siendo la primera de ellas presidida por el mismo Papa en el otoño de 1962. Él no pudo concluir este Concilio ya que falleció un año después, (el 3 de junio de 1963). Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su sucesor, el Papa Pablo VI, hasta su clausura en 1965. La lengua oficial del Concilio fue la lengua latina.
Fue el Concilio que contó con más representación de todos, con una media de asistencia de unos dos mil padres conciliares procedentes de todas las partes del mundo y de una gran diversidad de lenguas y razas. Asistieron además miembros de otras confesiones religiosas cristianas.
Concilio Ecuménico Vaticano II XXI Concilio Ecuménico
Fecha de apertura:
11 de octubre de 1962
Fecha de clausura:
8 de diciembre de 1965
Reconocido por:
Católicos
CONVOCADO por Papa Juan XXIII
Presidido por
Papa Juan XXIII (1962)Papa Pablo VI (1963-1965)
Participación
2450 obispos
Tema principal
Promover el desarrollo de la fe católica.
Lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles.
Adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro tiempo.
Tras un largo y duro trabajo, se redactaron 16 documentos, cuyo conjunto constituye una toma de conciencia de la situación actual de la Iglesia y define las orientaciones que se imponen.
Estos documentos son:
CONSTITUCIONES:
Dei Verbum (Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación)
Lumen Gentium (Constitución Dogmática sobre la Iglesia)
Sacrosanctum Concilium (Constitución sobre la Sagrada Liturgia)
Gaudium et Spes (Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual)
DECLARACIONES CONCILIARES:
Gravissimum Educationis (Declaración sobre la Educación Cristiana)
Nostra Aetate (Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las Religiones no cristianas)
Dignitatis Humanae (Declaración sobre la libertad religiosa)
DECRETOS CONCILIARES:
Ad Gentes (Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia)
Presbyterorum Ordinis (Decreto sobre el ministerio y vida de los presbíteros)
Apostolicam Actuositatem (Decreto sobre el apostolado de los laicos)
Optatam Totius (Decreto sobre la formación sacerdotal)
Perfectae Caritatis (Decreto sobre la adecuada renovación de la vida religiosa)
Christus Dominus (Decreto sobre el ministerio pastoral de los Obispos)
Unitatis Redintegratio (Decreto sobre el ecumenismo)
Orientalium Ecclesiarum (Decreto sobre las Iglesias orientales católicas)
Inter Mirifica (Decreto sobre los Medios de comunicación social)
http://www.youtube.com/watch?v=s2J8R3K9guE VIDEO JUAN XXIII



Bibliografía
Ralf van Bühren: Kunst und Kirche im 20. Jahrhundert. Die Rezeption des Zweiten Vatikanischen Konzils (Konziliengeschichte, Reihe B: Untersuchungen), Paderborn: Ferdinand Schöningh 2008 (ISBN 978-3-506-76388-4)
Michael Bredeck: Das Zweite Vatikanum als Konzil des Aggiornamento. Zur hermeneutischen Grundlegung einer theologischen Konzilsinterpretation (Paderborner theologische Studien, 48), Paderborn: Ferdinand Schöningh 2007 (ISBN 978-3-506-76317-4)
Alberigo, Giuseppe: Breve storia del concilio Vaticano II (1959–1965), Bologna 2005
Chenaux, Philippe: Les agents de la réception de Vatican II. Métodologie et orientations de recherche, in: Annuarium Historiae Conciliorum 33, 2001, S. 426–436

CRONOGRAMA DE PROGRAMAS DE DIANA URIBE CUARTO BIMESTRE

1. Programa del 11 Octubre 2009 "La Elegía de los Cátaros".
2. Programa del 23 Agosto 2009 "Francia , la era de los capetos y la llegada de los Vikingos".

A. Presentar dichos programas : Resumén y mapa conceptual y Dibujo IDEOGRAMA de cada uno.
B. A mano con buena ortografía.
C. Carpeta Bien Presentada.

Fecha Entrega: Semana del 3 al 9 de Noviembre. DURANTE LAS CLASES.

lunes, 12 de octubre de 2009

CONCILIO DE TRENTO

Concilio de Trento, decimonoveno concilio ecuménico de la Iglesia católica apostólica romana, que tuvo lugar, a lo largo de tres etapas, entre 1545 y 1563. Convocado con la intención de responder a la Reforma protestante, supuso una reorientación general de la Iglesia y definió con precisión sus dogmas esenciales. Los decretos del Concilio, confirmados por el Papa Pío IV el 26 de enero de 1564, fijaron los modelos de fe y las prácticas de la Iglesia hasta mediados del siglo XX.
Todo el mundo consideraba necesario, a finales del siglo XV y principios del XVI, la convocatoria de un concilio que reformara la disciplina de la Iglesia. El V Concilio de Letrán (1512-1517) fracasó en este sentido y concluyó sus deliberaciones antes de que se plantearan las nuevas cuestiones suscitadas por Martín Lutero. Ya en 1518, el teólogo alemán subrayó la necesidad de celebrar un concilio que afrontara las polémicas surgidas. Aunque numerosos dirigentes respaldaron su petición, el Papa Clemente VII temía que una reunión de este tipo pudiera favorecer la teoría que afirmaba que la autoridad suprema de la Iglesia recaía en los concilios y no en el pontífice. Además, las dificultades políticas que el luteranismo planteó al emperador Carlos V hicieron que otros gobernantes, y de forma significativa el rey de Francia, Francisco I, se mostraran reacios a apoyar cualquier acción que pudiera fortalecer el poder del emperador, liberándole de estos conflictos.
Pablo III fue elegido Papa en 1534 debido, en parte, a su promesa de convocar un concilio. Tras los fallidos intentos para que éste tuviera lugar en Mantua (1537) y en Vicenza (1538), el Concilio inauguró sus sesiones en Trento el 13 de diciembre de 1545. Con escasa participación al principio, y nunca libre de obstáculos políticos, aumentó de forma
progresiva el número de asistentes y su prestigio a lo largo de las tres fases en que se desarrolló.
FASES
1.PRIMERA FASE (1545-1547)
En muchos aspectos, esta primera fase fue la que tuvo mayor alcance. Una vez fijadas las numerosas cuestiones de procedimiento, fueron abordados los principales temas doctrinales planteados por los protestantes. Uno de los primeros decretos afirmaba que las Escrituras tenían que ser entendidas dentro de la tradición de la Iglesia, lo que representaba un rechazo implícito del principio protestante de `sólo Escrituras'. El largo y elaborado decreto sobre la justificación condenaba el pelagianismo, doctrina herética a la que también era contrario Lutero, aunque intentaba al mismo tiempo definir un papel para la libertad humana en el proceso de la salvación. Esta sesión también se ocupó de ciertas cuestiones disciplinarias, como la obligación de los obispos de residir en las diócesis de las que fueran titulares.
2. SEGUNDA FASE (1551-1552) Después de una interrupción, provocada por una profunda desavenencia política entre Pablo III y Carlos V, la segunda fase del Concilio, convocada por el nuevo Papa Julio III, centró su atención en el tema de los sacramentos. Esta sesión, boicoteada por la legación francesa, fue continuada por algunos representantes protestantes.
3· TERCERA FASE (1561-1563)
Debido a una declaración de guerra, el Concilio permaneció suspendido durante la parte final del pontificado de Julio III, así como en los años que Marcelo II y Pablo IV ocuparon el solio pontificio. Fue Pío IV quien renovó su convocatoria en 1561, cuando en España reinaba ya Felipe II, para afrontar la que sería su fase final. En las deliberaciones de esta su última etapa se impusieron las cuestiones disciplinarias, para hacer hincapié en el problema pendiente de la residencia episcopal, considerado por todas las partes clave para la auténtica aplicación de una reforma eclesiástica. El hábil legado pontificio Giovanni Morone armonizó posturas opuestas y logró clausurar el Concilio. En 1564 Pío IV publicó la Profesión de la fe tridentina (por Tridentum, el antiguo nombre romano de Trento), resumiendo los decretos doctrinales del Concilio. Sin embargo, a pesar de su duración, el Concilio nunca se ocupó del papel del pontificado en la Iglesia, un tema planteado repetidas veces por los protestantes. Entre los muchos teólogos que participaron en sus sesiones, Reginald Pole, Diego Laínez, Melchor Cano, Domingo de Soto y Girolamo Seripando, fueron los que desarrollaron una actividad más intensa en los debates. También fue muy importante la actuación desarrollada por los miembros de la Compañía de Jesús.
SIGNIFICADO DEL CONCILIO DE TRENTO.

El Concilio de Trento definió algunos dogmas incontestables: el hombre tiene libre albedrío e inclinación natural al bien; la fe se obtiene a través de las Sagradas Escrituras y se complementa con la tradición de la Iglesia, establecida por textos de Padres y Doctores de la Iglesia y concilios; la misa es un sacrificio y una acción de gracias; la eucaristía supone una transubstanciación real; la Iglesia es el instrumento querido por Dios, guiada por el Espíritu Santo es santa, católica, romana y apostólica.
También fueron acordados principios de procedimiento y disciplina: residencia episcopal; obediencia del obispo al papa (pero reconociéndose las excepciones de los estados con regio patronato, como España y Francia); condiciones del reclutamiento sacerdotal (edad, ciencia adquirida, independencia material, además de establecerse la creación de seminarios episcopales para la formación sacerdotal); invitación a las órdenes religiosas para observar sus reglas fundacionales.
Además de la resolución de cuestiones doctrinales, teológicas y disciplinarias fundamentales para los católicos romanos, el Concilio también impartió entre sus dirigentes un sentido de cohesión y dirección que se convirtió en un elemento esencial para la revitalización de la Iglesia durante la Contrarreforma. Los historiadores actuales opinan que las decisiones conciliares fueron interpretadas y aplicadas en un sentido más estricto del que pretendieron sus participantes, y algunos creen que tuvo menos importancia en el resurgimiento del catolicismo romano que otros factores. No obstante, la designación de `era tridentina' para los siglos comprendidos entre Trento y el Concilio Vaticano II, refleja la decisiva trascendencia que tuvo el Concilio en la Iglesia católica moderna.
TAREA : Con el anterior texto elaborar una sopa de letras.

domingo, 20 de septiembre de 2009

MARTÍN LUTERO GUÍA N. 2 CUARTO BIMESTRE

biografia martin lutero OBSERVAR ESTOS VIDEOS.
En muy contadas ocasiones un solo hombre ha sido capaz de desencadenar un cambio tan radical en el curso de la historia.
¿Quién fue realmente este hombre que tan poderoso influjo ha ejercido en la marcha de los acontecimientos europeos desde el siglo XVI?
«Al vaivén del fervor y del odio vacila su re­trato en la historia»:
— Lutero ha sido duramente combatido por la historiografía católica. En cambio, Lutero ha sido exageradamente encumbrado por la historiografía protestante. El resultado de estas dos posiciones contra­rias ha sido una imagen irreal, desfigurada de Lutero.
En nuestros días existe ya una posibilidad de entendimiento entre católicos y protestantes so­bre lo que realmente fue Lutero y sobre el significado de su reforma.

1. Nacimiento de Lutero: Martín Lulero nació en (Sajonia) el día 10 de no­viembre de 1483.

2. Predicación de las indulgencias: El Papa Julio II (1503-1513) se propuso la construcción de una grandiosa basílica digna del Príncipe de los apóstoles. Con este fin requirió los servi­cios del arquitecto Bramante. En 1506 se colo­có la primera piedra. Para sufragar los gastos de la basílica mandó predicar una indulgencia plenaria para todos aquellos que contribuyeran con sus limosnas.
León X. sucesor de Julio II, renovó la in­dulgencia en 1514. En Alemania se asignó la promulgación de la bula al arzobispo de Magdeburgo, Alberto de Brandehurgo. La mitad de la recaudación sería para la construcción de la basílica de San Pedro, y la otra mitad se le dejaba al joven arzobispo para que pudiera pagar a la curia pontificia los impuestos por su acumulación de beneficios.
Alberto de Brandeburgo encargó al domini­co Juan Tetzel la predicación de la indulgen­cia en Sajonia. Sus predicaciones provocaron las iras de Lutero.

3. Las 95 tesis de Lutero sobre las indul­gencias: Las últimas investigaciones en torno a la fijación de las 95 tesis sobre las indulgen­cias en la puerta de la Iglesia del castillo de Wittemberg por Lutero han demostrado que se trata de una leyenda. No obstante, se puede considerar el día 31 de octubre de 1517 como la fecha de nacimiento de la rebelión protestan­te, porque en ese día Lutero recurrió a la auto­ridad eclesiástica; y este recurso, no atendido, fue el que dio origen a la reforma luterana. El día 31 de octubre de 1517 Lutero se encon­traba aún en la alternativa de convertirse en un auténtico reformador de la Iglesia o en un revolucionario. Si la jerarquía eclesiástica de su distrito hubiese dado una respuesta de ver­daderos pastores de almas al recurso presentado por el monje agustino de Wittemberg, sin duda que se habría evitado la escisión de la Iglesia.


4. Doctrinas heréticas de Lutero: Lutero te­nía una gran raigambre católica. El pensamiento católico pervive en él. Su Catecismo abreviado podría, casi enteramente, formar parte de un Catecismo católico. A pesar de ello, Lutero fue hereje. Los puntos básicos de su pensamiento herético son los siguientes:

a) Tendencia espiritualística respecto a la Iglesia y a la religión en general:
— Despoja a la Iglesia de su corporeidad.
— Contra la autoridad objetiva del Magisterio eclesial pone un individualismo subjetivista.
— Al quemar el Derecho Canónico (1520) anuncia un nuevo concepto de la Iglesia: La Iglesia de la fe en contra de la Iglesia del orden jurídico.
— Al negar la eficacia santificadora de los Sacramentos, a excepción de la Cena y del Bautismo.

b) Justificación: Contra la doctrina de la justificación, por medio de las buenas obras, enseñada siempre por la Iglesia, Lutero afirma que la justificación se consigue por la sola fe.

c) Contra la concepción tradicional que de­finía la fe como un asentimiento y sumisión a la verdad objetiva, Lutero afirma que la fe con­siste en el encuentro subjetivo con Dios por la confianza.

d) Contra la conciencia moral ligada objeti­vamente a la Iglesia, propone Lutero la concien­cia moral subjetiva.

5. Juicio sobre Lutero:
a) Casi todos los críticos consideran a Lu­tero, en bueno o en mal sentido, como un profeta, porque predica la penitencia con un extraordinario poder de su palabra, descubre la pecaminosidad de los hombres y pone el dedo sobre las llagas de su época, invita a la conversión, amenaza a los hombres con la re­probación eterna de Dios, tiene su peculiar in­terpretación del Evangelio.

b) Pero en Lutero no se da el profetismo ge­nuino, porque éste sólo existe cuando el profeta es boca de Dios y cuando su testimonio de verdad es objetivo y absolutamente válido, no sólo unilateralmente válido como en Lutero.

c) Lutero fue absolutamente leal y sincero en sus exigencias de reforma, a pesar de algu­nas dudas de conciencia que lo acompañaron siempre. Pero Lutero no fue un santo: El odio terrible y casi demoníaco contra sus enemigos descartan su santidad.

Bibliografía: *Manual de la Historia de la Iglesia. Jesús Alvarez Gomez, cmf.
*Historia de la Iglesia Católica. J.Lenzenweger. ed. Herder . 1997.

LA REFORMA PROTESTANTE GUIA N.1 Cuarto Bimestre

Causas de la reforma protestante
A) CAUSAS: Se pueden distinguir dos categorías de causas de la reforma:
1. Factores disolventes de la catolicidad de la Iglesia existentes al margen de la Iglesia:
a) Culturales:
— Individualismo en Teología y Filosofía bajo la forma de un espíritu crítico que somete a revisión no sólo las opiniones de escuela, sino incluso las fuentes mismas de la reve­lación.
— Incremento de las Ciencias de la Naturaleza, que tienden a apartarse de lo tradicional.
- Humanismo: Que se centra funda­mentalmente en una nueva concepción de la vida y lleva en sí los gérmenes de una disolución de todo el sistema religioso-cul­tural tradicional.
- Materialismo: Una de las características fun­damentales del Renacimiento, que prescin­día prácticamente de lo sobrenatural con el consiguiente indiferentismo respecto a la Iglesia y al cristianismo.

b) Políticos:
- La unidad política de la República Cristiana medieval ha desaparecido. El papado y el Imperio ya no son las autoridades rec­toras de Europa.
- Desde principios del siglo XIV el nacionalis­mo presidía la política internacional. El in­dividualismo nacional destruye todo proyec­to de acción colectiva.
- Las grandes naciones europeas se han des­vinculado del feudalismo medieval y em­piezan a caminar hacia el absolutismo.
- En Alemania, la formación de Estados terri­toriales va en perjuicio del Imperio y tam­bién del papado.
- El papado, dentro de esta creciente forma de nacionalismo europeo, empezará a considerarse como una potencia extranjera, que entra a formar parte de las ligas políticas y declara la guerra a los Reyes. El abuso de los derechos fiscales de la curia, sobre todo en Alemania, dará lugar a las quejas de los reyes y de los súbditos.

c) Económico-sociales:
- La economía del siglo XV se ve profunda­mente modificada por el desarrollo del crédito y por el continuo auge que va to­mando la burguesía, dueña del comercio.
- La nueva situación económica de Europa influyó de un modo decisivo en la misma vida interna de la Iglesia. Con la creciente devaluación del capital de la Iglesia, con­sistente en tierras dadas en feudo o en arriendo, los obispos pierden su indepen­dencia respecto a los fieles. Consecuencia de ello será la acumulación de beneficios eclesiásticos.
La pobreza obligará a los cu­ras rurales a ganarse el sustento de un modo diverso. La decadencia económica obligó a la curia romana a emplear nuevos sistemas para asegurar los ingresos necesarios al rec­to desempeño de los organismos curiales. Las quejas contra la política económica de la Santa Sede se convirtieron en la queja del siglo.
- En contraposición a las ciudades donde una burguesía rica hacía afluir grandes cantida­des de dinero, los antiguos caballeros que vivían de la guerra y los mismos campesinos viven ahora casi en la miseria. La situación de los campesinos era realmente desastrosa por los elevados impuestos y rentas que les exigían los propietarios de las tierras, en­tre los que se encontraba también la Iglesia. Las sublevaciones de los campesinos, tan frecuentes en este tiempo, tienen solamente ahí su explicación. La reputación de la Igle­sia entre estos estamentos no podía ser muy elevada.

2. Factores disolventes existentes dentro de la Iglesia:

a) Las causas decisivas de la escisión reli­giosa del siglo XVI hay que buscarlas en el in­terior de la Iglesia.
El relajamiento de la disciplina y la des­orientación doctrinal, derivados del gran cisma de Occidente, no habían sido corregidos ni por los Concilios ni por los Papas. Al contrario, habían aumentado peligrosamente.
b) Los abusos más notables existentes en el papado los hemos visto al hablar de los Papas del Renacimiento. Pueden resumirse así:
— Nepotismo.( Desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos.)
— Fiscalismo curial. — Sistema beneficial.
— Escasa sensibilidad doctrinal.
— Despreocupación por la cura pastoral.
c) El fasto, mundanidad, avaricia, descuido del ministerio pastoral los encontramos tam­bién en el episcopado:
— Los obispos procedían casi todos de la no­bleza. Más que pastores de almas eran se­ñores temporales.
— La acumulación de varios obispados impe­día el cumplimiento de la obligación de re­sidir en el lugar del beneficio.
d) El clero inferior: Mientras el clero alto nadaba en la abundancia, el clero inferior se moría de hambre. Sin cultura, sin formación religiosa, sin interioridad, vivía en la ociosidad. Los obispos se despreocu­paban de su clero. La reforma de Lutero ofre­ció a muchos de ellos una buena ocasión, sobre todo en Alemania, para librarse de las obliga­ciones del sacerdocio.
e) En el clero regular existían, desde anti­guo, indicios de reforma; pero junto a los con­ventos y monasterios observantes existían mu­chos otros absolutamente relajados.
f) La situación de los fieles no era más ha­lagüeña... Para los hombres de este tiempo, la Iglesia, con todo su mundo, Papa, obispos, cu­ras, frailes, etc., era algo tan necesario para la vida como el pan de cada día; pero, por otra parte, el pueblo fiel estaba descontento de aquella contradicción existente en la unión de­masiado estrecha entre lo espiritual y lo tempo­ral.. Existen muchas manifestaciones de piedad popular; quizá más que nunca abundan las fundaciones pías, las donaciones a la Iglesia, las peregrina­ciones, etc., pero todo esto estaba vacío, no había interioridad.
Bibliografía: *Manual de la Historia de la Iglesia. Jesús Alvarez Gomez, cmf.
*Historia de la Iglesia Católica. J.Lenzenweger. ed. Herder .

viernes, 21 de agosto de 2009

CISMA DE OCCIDENTE GUIA DE ESTUDIO 24 - 28 Agosto. Tercer Bimestre.

La fotografia es del palacio de los papas en Avigñon(Francia)


El Cisma de Occidente
El Cisma de Occidente constituye la crisis más grave que experimentó la Iglesia en la llamada Baja Edad Media y hemos de enmarcarlo en la crisis general de Europa en los siglos XIV y XV.
Veremos ahora los antecedentes de la crisis, el conflicto que consumo el Cisma y cómo se complicó el conflicto hasta su solución.
Antecedentes de la crisis
Las disputas entre el rey francés y el Papa sobre la superioridad de poder espiritual (de la Iglesia) por encima del poder temporal (de rey) deterioraron profundamente a la Iglesia.
Muerto Benedicto XI tras un breve pontificado (1303-1304), fue ele­gido Papa el arzobispo de Burdeos, Clemente V, amigo del rey fran­cés. En el año 1309, el nuevo Papa decidió trasladar su sede de Roma que en aquel momento estaba expuesta a las insurrecciones popu­lares y a las luchas de la nobleza, a la ciudad francesa de Aviñón.
PAPAS de AVIÑON.
Clemente V, Juan XXII, Benedicto XII, Clemente VI, Inocencio VI, Urbano V, Gregorio XI. Dos Anti papas: Clemente VII, Benedicto XII

Los papas permanecieron en Aviñón durante 68 años. En este perío­do de tiempo, todos los papas eran franceses y estaban fuertemente presionados por el rey de Francia.
Los papas de Aviñón se caracterizaron por:
a. Una fuerte centralización de la Iglesia, mediante el refuerzo de las estructuras de gobierno, la llamada curia.
b. Un enriquecimiento de las arcas papales por el aumento de los im­puestos a la Iglesia en todos los Estados cristianos.


Cisma de Occidente (1378-1417)
Gregorio XI (1370-1378)
_________I_________
I I
Papas de Roma Papas de Aviñón
I I
Urbano VI (1378-1389) Clemente VII (1378-1394)
I
Bonifacio IX (1389-1404)
I
Inocencio VII (1404-1406)
I
Gregorio XI-------------------Benedicto XIII
(1406-1415) I (1394-1417)
I
Concilio de Pisa (1409)
I
Gregorio XII en Roma
Benedicto XIII en Aviñón
Alejandro V (1409-1410) en Pisa
I
Concilio de Constanza (1414-1417)
I
Termino el cisma con Martín V (1417-1431)

El conflicto
La permanencia de los papas en Aviñón propició un mo­vimiento de reacción en toda la cristiandad, abanderado por santos de la categoría de Catalina de Siena, o litera­tos como Petrarca, que exigían la vuelta del Papa a su sede de Roma como padre de la Iglesia universal, liberándose de la política e influencia de los reyes franceses.
El papa Gregorio XI, en el año 1377, decidió volver a Roma para recobrar la libertad. Al morir en 1378, los cardenales eligieron como Papa a un obispo no francés que tomó el nombre de Urbano VI. Pero los cardenales franceses decidieron elegir a otro Papa, el francés Clemente VII, que se instaló de nuevo en la ciudad francesa de Aviñón.
Se inició así el Cisma de Occidente: hubo dos papas al mismo tiempo, uno en Roma, Urbano VI, y el otro en Avi­ñón, Clemente VII.
La cristiandad también se dividió:

A. Apoyaban al Papa de Roma: Italia, Inglaterra, Hun­gría y Escandinavia.
B. Siguieron al Papa de Aviñón: Francia, Castilla, Aragón, Navarra, Ñapóles, Saboya, Sicilia y Escocia.

Complicación y solución del conflicto
En 1409, la situación se complicó. Los cardenales del otro bando convocaron el Concilio de Pisa. En él se destituyó tanto al Papa de Roma como al de Aviñon y eligieron un nuevo Papa, Alejandro V.
Pero ninguno de los papas quiso renunciar y la cristiandad se encontró con tres papas al mismo tiempo:
Gregorio XII, en Roma.
Benedicto XIII, en Aviñón.
Alejandro V, en Pisa.
Ante tan grave panorama, se convocó un nuevo Con­cilio en Constanza (1414). En él se depuso a los pa­pas de Aviñón y Pisa. El de Roma se retiró voluntaria­mente, y eligieron a Martín V como único Papa de la Iglesia, que fijó definitivamente la sede pontificia en Roma.
El Papa Luna
Benedicto XIII,
el último Papa de Aviñón, se llamaba Pe­dro Martínez de Luna y nació el año 1328 en (llueca, en los territorios de la Corona de Aragón. Fue nombrado car­denal en 1375 y acompañó al papa Gregorio XI en su re­greso a Roma.
Participó en el cónclave que eligió a Urbano VI. Poco des­pués, se unió a los cardenales franceses rebeldes y parti­cipó también en la elección de Clemente VIl. Su condición de aragonés y su mediación diplomática hizo que los reinos cristianos peninsulares siguieran al Papa de Aviñón.
Inicialmente era partidario de que ambos Papas renunciasen para elegir uno nuevo, pero cambió de opinión cuan­do, a la muerte de Clemente VII, fue elegido Papa y adoptó el nombre de Benedicto XIII.
No aceptó las decisiones de los concilios de Pisa ni de Constanza. Tras ser elegido Martín V, perdió todos los apo­yos y se retiró al castillo de Peñíscola, donde murió, en, 1424.

DESARROLLAR EL SIGUIENTE CUESTIONARIO en el Cuaderno de Actividades: (Se pedirá cuenta en las clases correspondientes)
1. ¿Crees que es importante que hoy día la Iglesia sea libre y tenga su pequeño Estado y no dependa de un gobierno determinado? Justifica tu respuesta.
Lee atentamente el desarrollo del Cisma de Occidente y responde a las cuestiones siguientes.
2. ¿Qué hecho provocó el enfrentamiento entre el Papado y el trono francés?
3. ¿Qué consecuencias tuvo este conflicto en la vida de la Iglesia?
4. ¿Qué hechos dieron lugar al traslado de la sede papal a Aviñón? ¿Cómo repercutió en el gobierno de la Iglesia?
5. ¿Por qué decidió el Papa regresar a Roma? ¿Quiénes influyeron en él?
6. ¿De qué modo se puso fin al Cisma? Valora las actitudes de los papas que intervinieron en la solución.

lunes, 17 de agosto de 2009

GUIA ESTUDIO LA INQUISICIÓN - SEMANA 18 - 21 AGOSTO TERCER BIMESTRE

Antes de comenzar por favor observar:
http://www.youtube.com/watch?v=rWD_Ix80KIE INQUISICIÓN 2
http://www.youtube.com/watch?v=tjGB4IqfoDI INQUISICIÓN 3
http://www.youtube.com/watch?v=-7MBOUleXPQ Inquisición 4
http://www.youtube.com/watch?v=QV77W5db1f0 Inquisición 6
http://www.youtube.com/watch?v=28LjeBtj-48 VIDEO DE LA INQUISICIÖN Amorosos métodos de la Santísima Inquisición en España para obtener confesiones. Fragmento con fines didácticos extraído de la recomendable película "Los fantasmas de Goya", cuyos productores tiene...

Inquisición, institución judicial creada por el pontificado en la edad media, con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía.
Orígenes
En el siglo XII, en respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produjo en el sur de Francia un cambio de opinión dirigida de forma destacada contra la doctrina albigense.
La doctrina y práctica albigense parecían nocivas respecto al matrimonio y otras instituciones de la sociedad y, tras los más débiles esfuerzos de sus predecesores, el papa Inocencio III organizó una cruzada contra esta comunidad.
Promulgó una legislación punitiva contra sus componentes y envió predicadores a la zona. Sin embargo, los diversos intentos destinados a someter la herejía no estuvieron bien coordinados y fueron relativamente ineficaces.
La Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231, con los estatutos Excommunicamus del papa Gregorio IX. Con ellos el papa redujo la responsabilidad de los obispos en materia de ortodoxia, sometió a los inquisidores bajo la jurisdicción del pontificado, y estableció severos castigos.
El cargo de inquisidor fue confiado casi en exclusiva a los franciscanos y a los dominicos, a causa de su mejor preparación teológica y su supuesto rechazo de las ambiciones mundanas.
Al poner bajo dirección pontificia la persecución de los herejes, Gregorio IX actuaba en parte movido por el miedo a que Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano, tomara la iniciativa y la utilizara con objetivos políticos. Restringida en principio a Alemania y Aragón, la nueva institución entró enseguida en vigor en el conjunto de la Iglesia, aunque no funcionara por entero o lo hiciera de forma muy limitada en muchas regiones de Europa.
Dos inquisidores con la misma autoridad --nombrados directamente por el Papa-- eran los responsables de cada tribunal, con la ayuda de asistentes, notarios, policía y asesores. Los inquisidores fueron figuras que disponían de imponentes potestades, porque podían excomulgar incluso a príncipes. En estas circunstancias sorprende que los inquisidores tuvieran fama de justos y misericordiosos entre sus contemporáneos. Sin embargo, algunos de ellos fueron acusados de crueldad y de otros abusos.
Procedimientos
Los inquisidores se establecían por un periodo definido de semanas o meses en alguna plaza central, desde donde promulgaban órdenes solicitando que todo culpable de herejía se presentara por propia iniciativa.
Los inquisidores podían entablar pleito contra cualquier persona sospechosa. A quienes se presentaban por propia voluntad y confesaban su herejía, se les imponía penas menores que a los que había que juzgar y condenar. Se concedía un periodo de gracia de un mes más o menos para realizar esta confesión espontánea; el verdadero proceso comenzaba después.
Si los inquisidores decidían procesar a una persona sospechosa de herejía, el prelado del sospechoso publicaba el requerimiento judicial.
La policía inquisitorial buscaba a aquellos que se negaban a obedecer los requerimientos, y no se les concedía derecho de asilo. Los acusados recibían una declaración de cargos contra ellos.
Durante algunos años se ocultó el nombre de los acusadores, pero el papa Bonifacio VIII abrogó esta práctica. Los acusados estaban obligados bajo juramento a responder de todos los cargos que existían contra ellos, convirtiéndose así en sus propios acusadores. El testimonio de dos testigos se consideraba por lo general prueba de culpabilidad.
Los inquisidores contaban con una especie de consejo, formado por clérigos y laicos, para que les ayudaran a dictar un veredicto. Les estaba permitido encarcelar testigos sobre los que recayera la sospecha de que estaban mintiendo. En 1252 el papa Inocencio IV, bajo la influencia del renacimiento del Derecho romano, autorizó la práctica de la tortura para extraer la verdad de los sospechosos. Hasta entonces este procedimiento había sido ajeno a la tradición canónica.
Los castigos y sentencias para los que confesaban o eran declarados culpables se pronunciaban al mismo tiempo en una ceremonia pública al final de todo el proceso. Los castigos podían consistir en una peregrinación, un suplicio público, una multa o cargar con una cruz.
Las dos lengüetas de tela roja cosidas en el exterior de la ropa señalaban a los que habían hecho falsas acusaciones.
En los casos más graves las penas eran la confiscación de propiedades o el encarcelamiento.
La pena más severa que los inquisidores podían imponer era la de prisión perpetua. De esta forma la entrega por los inquisidores de un reo a las autoridades civiles, equivalía a solicitar la ejecución de esa persona.
Aunque en sus comienzos la Inquisición dedicó más atención a los albigenses y en menor grado a los valdenses, sus actividades se ampliaron a otros grupos heterodoxos, como la Hermandad, y más tarde a los llamados brujas y adivinos. Una vez que los albigenses estuvieron bajo control, la actividad de la Inquisición disminuyó, y a finales del siglo XIV y durante el siglo XV se supo poco de ella. Sin embargo, a finales de la edad media los príncipes seculares utilizaron modelos represivos que respondían a los de la Inquisición.

Inquisición española
Diferente también de la Inquisición medieval, la Inquisición española se fundó con aprobación papal en 1478, a propuesta del rey Fernando V y la reina Isabel I.
Esta Inquisición se iba a ocupar del problema de los llamados marranos, los judíos que por coerción o por presión social se habían convertido al cristianismo; después de 1502 centró su atención en los conversos del mismo tipo del Islam, y en la década de 1520 a los sospechosos de apoyar las tesis del protestantismo. A los pocos años de la fundación de la Inquisición, el papado renunció en la práctica a su supervisión en favor de los soberanos españoles.
De esta forma la Inquisición española se convirtió en un instrumento en manos del Estado más que de la Iglesia, aunque los eclesiásticos, y de forma destacada los dominicos, actuaran siempre como sus funcionarios.
La Inquisición española estuvo dirigida por el Consejo de la Suprema Inquisición, pero sus procedimientos fueron similares a los de su réplica medieval. Con el tiempo se convirtió en un tema popular, en especial en las zonas protestantes, por su crueldad y oscurantismo, aunque sus métodos fueran parecidos a los de instituciones similares en otros países católicos romanos y protestantes de Europa.
Sin embargo, su superior organización y la consistencia del apoyo que recibía de los monarcas españoles, descollando Felipe II, hicieron que tuviera un mayor impacto en la religión, la política o la cultura que las instituciones paralelas de otros países.
Esta eficacia y el apoyo político permitieron a Tomás de Torquemada, el primero y más notable gran inquisidor, ejecutar por miles a supuestos herejes.
El gran inquisidor y su tribunal tenían jurisdicción sobre los tribunales locales de virreinatos como México y Perú, donde estuvieron más ocupados con la hechicería que con la herejía.
El emperador Carlos V introdujo la Inquisición en los Países Bajos en 1522, pero no consiguió acabar con el protestantismo.
Se estableció en Sicilia en 1517, aunque no lo pudo hacer en Nápoles y Milán. Los historiadores han señalado que muchos territorios protestantes tenían instituciones tan represivas como la Inquisición española, por ejemplo el consistorio de Ginebra en tiempos del reformador francés Juan Calvino.
La Inquisición quedó al fin suprimida en España en 1843, tras un primer intento, fallido, de los liberales en las Cortes de Cádiz, en 1812.
OJO PROXIMA SEMANA
RECUERDO ESTIMADOS ESTUDIANTES ESTOS SON LOS PROGRAMAS DE DIANA URIBE A DESARROLLAR :
1. Domingo 5 de Abril 2009 “ Recorrido por las religiones Monoteístas I ”.
2. Domingo 12 de Abril 2009 Religiones monoteístas II “.
3. Domingo 19 de Abril 2009 Revolución Islamica y al Guerra entre Irán e Irak.
4. Domingo 26 de Abril 2009 Revolución Islamica en el poder antes y despúes.
5. REVISIÓN CARPETA DIANA URIBE 24 Agosto – 28 Agosto
REQUISITOS:A. Puntualidad en entrega.
B. Buena presentación de Carpeta.
C. A mano.
D. Resumén.
E. Mapa Conceptual.

sábado, 8 de agosto de 2009

GUIA DE ESTUDIO N. 3 "COMUNIDADES MENDICANTES" TERCER BIMESTRE 2009

http://www.youtube.com/watch?v=co9hizFMW4E FRAGMENTO PELICULA OBSERVAR.
Nacido en Asís en el seno de una rica familia, después de una juventud disipada se convirtió en religioso a los veinticinco años y renunció a la herencia paterna, optando por la vía de la privación material como modo de acercamiento a Dios. En 1209 forma junto con algunos discípulos la orden de los llamados Frailes Menores, aprobada por Inocencio III, y en 1212 le sigue una nueva orden fundada por mujeres, con la ayuda de Clara de Asís. Dedicados a la oración, la pobreza y la predicación, el movimiento franciscano se extiende rápidamente, al ofrecer a las clases desfavorecidas una vía de salvación y gracia divina. Sin embargo, el éxito del movimiento supone disensiones entre sus miembros, provocadas por el ansia expansionista y la influencia económica y política que la pujanza de su propuesta religiosa llega a alcanzar, lo que, a ojos de Francisco de Asís, está en contradicción con los objetivos fundacionales. Así, dimite en 1224 y se retira a la soledad de la vida en el campo, donde Cristo crucificado se le aparecerá. A partir de entonces, Francisco de Asís será venerado en vida hasta su muerte en 1226. Será canonizado en 1228 y su culto se extenderá rápidamente a toda la Cristiandad, formando la orden más numerosa. Su fiesta se celebra el 4 de octubre.

http://www.youtube.com/watch?v=sejZBP0LUAI SAN FRANCISCO. Estos cuadros les darán idea para elaborar la historieta minimo con 10 cuadros. en el cuaderno de teoria. se revisara en clase.
SANTO DOMINGO DE GUZMAN. Su padre, Félix de Guzmán, era noble acompañante del Rey. Su madre era la Beata Juana de Aza de quien Domingo recibió su educación primera. Cuando tenía seis años fue entregado a un tío suyo, arcipreste, para su educación literaria. A los catorces años fue enviado al Estudio General de Palencia, el primero y más famoso de toda esa parte de España, y en el que estudiaban artes liberales, es decir, todas las ciencias humanas y sagrada teología. El joven Domingo se entregó de lleno al estudio de la teología.Eran tiempos de continuas guerras contra los moros y entre los mismos príncipes cristianos. Una gran hambre sobrevino a toda aquella región de Palencia. Domingo se compadeció profundamente de los pobres y les fue entregando sus pertenencias. En los oídos de Domingo martilleaban las palabras del maestro: "Un mandamiento nuevo os doy, que os améis los unos a los otros como yo os he amado". Llegó el momento que solo le quedaba lo que mas preciaba, sus libros. Entonces pensó: "¿Cómo podré yo seguir estudiando en pieles muertas (pergaminos), cuando hermanos míos en carne viva se mueren de hambre?". Un día llegó a su presencia una mujer llorando y le dijo: "Mi hermano ha caído prisionero de los moros". A Domingo no le queda ya nada que dar. Decide venderse como esclavo para rescatar al esclavo. Este acto de Domingo conmovió a Palencia. Domingo conmovió a la ciudad de Palencia de manera que se produjo un movimiento de caridad y se hizo innecesario vender sus libros o entregarse como esclavo. También surgieron vocaciones para la Orden que mas tarde Domingo fundaría. A los 24 años de edad, Domingo fue llamado por el obispo de Osma para ser canónigo de la catedral. A los 25 años fue ordenado sacerdote. El Rey Alfonso VIII había encargado al Obispo de Osma, en 1203, la misión de dirigirse a Dinamarca a pedir la mano de una dama de la nobleza para su hijo Fernando. El Obispo acepta y como compañero de viaje lleva a Domingo. Al pasar por Francia, Flandes, Renania e Inglaterra, Domingo quedó preocupado al constatar la extensión de las grandes herejías, los cátaros, valdenses y otras herejías procedentes del maniqueísmo oriental. Estos negaban muchos dogmas de la fe católica, incluso la Redención por la Cruz de Cristo y los Sacramentos.
En 1207 Domingo, con algunos compañeros, entre ellos el Obispo de Osma, se entrega de lleno a la vida apostólica, viviendo de limosnas, que diariamente mendigaba, renunciando a toda comodidad, caminando a pie y descalzo, sin casa ni habitación propia en la que retirarse a descansar, sin más ropa que la puesta.
Comprendiendo la necesidad de instruir a aquellas gentes que caían en las herejías, determinó fundar la Orden de predicadores, dispuestos a recorrer pueblos y ciudades para llevar a todas partes la luz del Evangelio. Funda centros de apostolado en todo el sur de Francia. Pero, reconociendo que para combatir las herejías era necesario una buena formación teológica, busca un doctor en teología que instruyera a la comunidad. Más tarde, uno de sus discípulos en la orden sería la lumbrera más grande que haya tenido la iglesia universal: Santo Tomás de Aquino.
Santo Domingo fue un gran amigo de San Francisco de Asís, a quien visito y abrazó efusivamente. Santo Domingo poco después fundó la rama femenina de su Orden.La misión de los dominicos, predicar para llevar almas a Cristo, encontró grandes dificultades pero la Virgen vino a su auxilio. Estando en Fangeaux una noche, en oración, tiene una revelación donde, según la tradición, la Virgen le revela el Rosario como arma poderosa para ganar almas. Esta tradición está respaldada por numerosos documentos pontificios.
El 21 de enero de 1217, el Papa Honorio III aprobó definitivamente la obra de Domingo, la Orden de los predicadores o Dominicos.
En 1220 la herejía de los cataros y albigenses se había extendido por Italia. El Papa Honorio pone a Domingo a cargo de una gran misión.
Murió en Bolonia el 6 de agosto de 1221
Fue canonizado por Gregorio IX en 1234. El Papa dijo: "De la santidad de este hombre estoy tan seguro, como de la santidad de San Pedro y San Pablo".
PEGAR ESTA GUIA EN TEORIA Y OBSERVAR EL CRONOGRAMA DE EVALUACIONES.

domingo, 2 de agosto de 2009

BIENVENIDOS A LA EDAD MEDIA - ACTIVIDAD EXTRACLASE y GUIA DE ESTUDIO N. 2


¿Te atreves a entrar en el apasionante mundo de la Época Medieval?

Iter-itineris es un juego interactivo on line centrado en la aventura de una familia centroeuropea de la Europa medieval.

"Brujas, 1349 Europa entera sucumbe ante la epidemia de peste negra que diezma a la población.
En el hogar de un rico comerciante de la ciudad, una joven, Úrsula, trabaja en su habitación en la composición de un libro de horas mientras sus padres, Pieter y Jutta, están ajetreados en los preparativos del viaje hacia Venecia, dónde Pieter tiene negocios importantes que atender. Hubert, el hijo adolescente, en otra estancia de la casa, atiende a las lecciones de Ibn Mussa, el maestro árabe…."

Se trata de un juego basado en pruebas y actividades relacionadas con el conocimiento de la historia, la geografía, la literatura y el arte europeos de la Edad Media.
DE ESTE JUEGO TRAER PARA LA PROXIMA CLASE UN RESUMEN DE QUE SE TRATA. NECESARIO JUGARLO.Entra Aquí: http://www.euroaventura.net/cargaf.php?a=castella/index8.html&n=ITER-ITINERIS:+una+euroaventura+medieval


GUIA DE ESTUDIO N.2
La Crisis de la Edad Media: Decadencia del feudalismo y aparición del primer capitalismo.
Los siglos XIV y XV suponen una fase en que los modos de vida propios del feudalismo experimentan profundas transformaciones.La crisis del feudalismo inicia la configuración del siguiente período en la historia: Renacimiento.Siglo XIV: decadencia del feudalismo.Fin del enriquecimiento y evolución cultural que produjo el movimiento gótico durante el siglo XIII.Crisis en todos los aspectos.
Crisis Demográfica: La peste negra de 1348 hace disminuir a un tercio de la población del Europa a fines del siglo.Las pestes proceden principalmente de Oriente y las transmiten marinos. La peste negra la introdujo una embarcación procedente de Asia que fondeó el puerto de Génova.
Crisis en el Campo: La disminución de la población produce el abandono de tierras por la falta de mano de obra, lo que a su vez provoca la disminución de la producción agrícola. Agricultores pierden su estabilidad y sufren hambre y miserias casi generales. El alimento se hace difícil, ya que suben los precios de él, siendo este el modo con que lo señores defienden su estilo de vida acomodado. Campesinos se resisten a este estado de cosas e inician violentas protestas; destaca la Jacquerie de Francia en 1358 y las revueltas inglesas en 1381.
Crisis de la Ciudad: Perdida del poder adquisitivo de los campesinos retrae la actividad comercial de la ciudad, por ende, se incremente el precio de los productos. Habitantes de las ciudades protestan contra la oligarquía urbana.
Crisis de la Mentalidad Feudal: Renovación ideológica. Aparición del movimiento de naturalización, que promueve el abandono de las rígidas y metafísicas normas religiosas y culturales. También aparecen numerosos movimientos heréticos, como el que proponen Wicleff y Huss, negando la autoridad del pontífice y desconociendo la acción de la iglesia como mediadora en la salvación de las almas. La biblia y no la iglesia entrega la salvación. Las tensiones religiosas se agudizan hasta tocar el centro de la iglesia , provocando el Gran Cisma de Oriente (1378-1417).Siglo XV: renovación de las estructuras sociales.
En el Campo: La elevación de las rentas, por parte de los propietarios agrícolas, origina, por una parte, la emigración de campesinos a la ciudad en busca de un nuevo porvenir y, por otro lado, muchos señores acaparan los terrenos abandonados por los campesinos, movimiento de concentración territorial en manos de la gran nobleza.
En la Ciudad: Los emigrantes del campo se convierten en la nueva mano asalariada de obra de la ciudad. La antigua organización de la ciudad pensada en los intereses comunes comienza a desaparecer. Se comienza a imponer una nueva capa de la burguesía que ya se venía desarrollando desde comienzos del siglo XV, con las primeras e incipientes formas de economía capitalista. Esta burguesía interviene en las tareas del Estado y, en ocasiones, ocupa cargos en la administración pública. Burguesía nacional, que permitirá el posterior desarrollo de teorías revolucionarias como las monarquías absolutas y la Reforma.
Aparición del primer capitalismo.
Factores que conjugan el capitalismo:-Acumulación originaria del capital mediante usura, expropiaciones, etc.-Mano de obra asalariada.-Existencia desde el siglo XIII de la manufactura.Para que estos factores se conjugen ocurre un incremento del comercio, dado por el descubrimiento de minas de plata en Europa, que hace que circule el dinero, que a sus vez propicia las compras a larga distancia. Surge la figura del empresario, quien proporciona el capital e instrumentos de trabajo y contrata trabajadores a sueldo. Figuras de proveedor y trabajador.
El primer capitalismo se basa en el comercio y el capitalismo moderno en las actividades industriales. No confundir.La necesidad de ampliar las rutas de comercio, ya que los turcos otomanos al tomar Bizancio controlan el comercio en Oriente, facilita los descubrimientos por ultramar.Predomina el deseo de lucro en la mentalidad de la sociedad.
Las nuevas formulas políticas: las monarquías autoritarias.
La forma de política medieval caracterizada por la fragmentación del poder se tranforma en una monarquía nacional o autoritaria.-Poder centralizado en el monarca.-Definida entidad territorial.
Necesidad de mantener una única y firme autoridad que regule de forma general la economía, sociedad y cultura de una nación. Base legal continua siendo el Derecho Romano.
Este derecho considera que la autoridad del monarca procede de Dios y, por ende, el príncipe y su estado deben ser la base de la organización y legislación nacional.
Nicolás Maquiavelo (1469-1527): En su obra "El Príncipe" sostiene que el Estado debe prescindir de toda moral en la gestión de su gobierno y guiarse por el realismo político. Razón del Estado.
Tomás Moro (1478-1535): En su obra "Utopía", propone un estado de carácter liberal, en el que el hombre se rija por una ley aceptada por la comunidad y donde los gobernantes sean elegidos por el pueblo. Bien individual debe ser compatible con el de todos. En Utopía nadie es rico, pero a nadie le falta nada.
Bibliografía: "Historia Universal" de José Gómez Navarro, M. Teresa Gonzáles Calbet, Ramón López Facal, José Pastoriza, Ernesto Portuondo y Martha Gargari

jueves, 23 de julio de 2009

CRONOGRAMA PROGRAMAS DE DIANA URIBE TERCER BIMESTRE.

ESTIMADOS ESTUDIANTES ESTOS SON LOS PROGRAMAS DE DIANA URIBE A DESARROLLAR :

1. Domingo 5 de Abril 2009 “ Recorrrido por las religiones Monoteístas I ”.
2. Domingo 12 de Abril 2009 Religiones monoteístas II “.
3. Domingo 19 de Abril 2009 Revolución Islamica y al Guerra entre Irán e Irak.
4. Domingo 26 de Abril 2009 Revolución Islamica en el poder antes y despúes.
5. REVISIÓN CARPETA DIANA URIBE 24 Agosto – 28 Agosto
REQUISITOS:
A. Puntualidad en entrega.
B. Buena presentación de Carpeta.
C. A mano.
D. Resumén.
E. Mapa Conceptual.

domingo, 12 de julio de 2009

GUIA ESTUDIO N: 1 HISTORIA GRANDES CISMAS. TERCER BIMESTRE 2009

ANTECEDENTES
Más de 2.000 millones de personas en el mundo -lo que significa un tercio de la población mundial- aceptan la existencia espiritual de Cristo, pero divergen en multitud de aspectos teológicos y relacionados con el rito y la organización de la Iglesia. Aun en la faz meramente organizativa o gregaria, las diferencias entre los cristianos remiten a concepciones profundas. Las tres grandes congregaciones del cristianismo actual son la Iglesia Católica, el protestantismo y la Iglesia de Oriente. Exactamente como dos ramas principales de un árbol, el catolicismo vio nacer hacia el Este y el Oeste dos corrientes gruesas y diferenciadas. La llamada Iglesia Ortodoxa, oriental, se afianzó hace mil años. Entre los siglos V y XI se acumularon las diferencias entre las iglesias de Oriente y de Occidente, basadas en cuestiones teológicas, como por ejemplo la relativa a si el Espíritu Santo proviene solamente del Padre, o del Padre y del Hijo. Y también atinentes a otros aspectos, puramente terrenales a simple vista, como a reconocer la supremacía del papa.
ANTES DE COMENZAR TE ACONSEJO VER UNOS VIDEOS QUE TE DARÁN BUENA IDEA DE QUE ES UN CISMA. ENTRA AQUÍ: http://www.youtube.com/watch?v=gqrQd4aXXbE CISMA IGLESIA ANGLICANA

http://www.youtube.com/watch?v=c-Kak7GXtDY&feature=related CISMA DE LEFEVRE contra el concilio vaticano II.

HISTORIA DE LOS PRINCIPALES CISMAS

1. Cismas de la Iglesia naciente de Corinto: Ya se ha hecho mención de los “cismas” de la naciente Iglesia de Corinto, cuando se dijo entre sus miembros: «Yo, en realidad, soy de Pablo; y yo de Apolo; y yo de Cefas; y yo de Cristo». La enérgica intervención de San Pablo les puso fin.

2. Los Ebionitas: De acuerdo a Hegesipo, la sección más avanzada de judaizantes o Ebionitas en Jerusalén siguieron al obispo Thebutis contra San Simeón y después de la muerte de Santiago en el año 63 de nuestra era, se separaron de la Iglesia.

3. Cismas locales en los siglos tercero y cuarto: Hubo numerosos cismas locales en los siglos tercero y cuarto. En Roma el Papa San Calixto (217-22) fue combatido por un partido que tomó de pretexto la suavidad con que él aplicaba la disciplina penitencial. Hipólito se colocó a sí mismo como obispo a la cabeza de estos malcontentos y el cisma se prolongó bajo los dos sucesores de San Calixto, San Urbano I (222-30) y San Ponciano (230-35). No hay duda que Hipólito volvió al redil de la Iglesia.

4. Los novacianos :En el 251 cuando San Cornelio fue electo a la Sede de Roma una minoría estableció a Novaciano como antipapa, siendo de nuevo el pretexto el perdón que San Cornelio prometió a aquellos que después de haber apostatado se arrepintieran. Los novacianos buscaban formar una Iglesia de santos. En Oriente se denominaron a sí mismos katharoi, los puros. Grandemente bajo el influjo de esta idea administraron un segundo bautismo a los que habían desertado del Catolicismo y retornado a sus filas. La secta se desarrolló grandemente en los países de Oriente, donde subsistieron hasta el siglo VII.

5. Donato Fortunato y Felicísimo: Durante el mismo período la Iglesia en Cartago fue también presa de divisiones internas. San Cipriano sostuvo en medida razonable los principios tradicionales referentes a la penitencia y no dio a las cartas de los confesores, llamadas libelli pacis, la importancia deseada por algunos. Uno de los principales adversarios fue el sacerdote Donato Fortunato quien llegó a ser el obispo del partido, pero el cisma, que fue de corta duración tomó el nombre del diácono Felicísimo quien jugó un papel importante.

6. El cisma de Melesio: Con la llegada del siglo IV Egipto fue el escenario del cisma de Melesio, obispo de Lycópolis, en la Tebaida. Sus causas no son conocidas con certidumbre; algunos autores antiguos lo atribuyen a tendencias rigoristas en la penitencia, mientras que otros dicen que fue ocasionado por la usurpación del poder por parte de Melesio, notablemente el hacer ordenaciones fuera de su diócesis. El Concilio de Nicea trató con este cisma, pero no tuvo éxito en erradicarlo en su totalidad; y hubo vestigios de él hasta el siglo V.

7. El cisma de Antíoco: Algo más tarde el cisma de Antíoco, originado por los problemas del Arrianismo, presenta complicaciones peculiares. Cuando el obispo Eustacio fue depuesto en el 330 una pequeña parte de su rebaño le permaneció fiel, aunque la mayoría siguió a los arrianos. El primer obispo creado por ellos fue sucedido (en el 361) por Melesio de Sebaste en Armenia, quien por la fuerza de las circunstancias llegó a ser líder de un segundo partido ortodoxo. De hecho Melesio no se apartó fundamentalmente de la Fe de Nicea, y pronto fue rechazado por los arrianos; por otro lado, no fue reconocido por los eustacianos, quienes vieron en él la elección de los heréticos y también lo censuraron por algunas diferencias meramente terminológicas. El cisma duró hasta cerca del 415.

8. El diácono Félix : Después del destierro del Papa San Liberio en el 355, el diácono Félix fue escogido para reemplazarlo y tuvo seguidores aun después del regreso del Papa legítimo. El cisma, apagado un tiempo por la muerte de Félix, fue revivido a la muerte de San Liberio y la rivalidad produjo sangrientos enfrentamientos. Tomó varios años después de la victoria de San Dámaso para que la paz quedara totalmente restaurada.

9. Los Luciferianos: El mismo período testimonió el cisma de los Luciferianos. Lucifer, obispo de Calaris o Cagliari, se disgustó con Atanasio y sus amigos quienes en el Sínodo de Alejandría (362) habían perdonado a los semi-arrianos arrepentidos. Él mismo había sido culpado por Eusebio de Vercelli por su prisa en ordenar a Paulino, obispo de los eustacianos, en Antioquía. Por estas dos razones, se separó de la comunión de los obispos católicos. Por algún tiempo el cisma ganó adherentes en Cerdeña, donde se había originado, y en España, donde Gregorio, obispo de Elvira, fue su principal instigador.

10. Los Donatistas: Pero el cisma más importante de los cismas del siglo IV. Estos sectarios fueron notables por su obstinación y fanatismo, así como por los esfuerzos y los escritos que más bien inútilmente multiplicaron contra ellos San Agustín y San Optato de Milevis.

11. El cisma de Acacio: Pertenece al final del siglo V. Está conectado a la promulgación hecha por el emperador Zenón del edicto conocido como Henoticon. Emitido con la intención de poner fin a las querellas cristológicas, este documento no satisfizo ni a católicos ni a monofisitas. El Papa San Félix II excomulgó a sus dos verdaderos autores, Pedro Mongo, obispo de Alejandría y a Acacio de Constantinopla. Siguió un rompimiento entre Oriente y Occidente que duró durante treinta y cinco años.

12. El cisma de Aquilea: En el siglo VI el cisma de Aquilea fue causado por el consentimiento del Papa Vigilio a la condenación de los Tres Capítulos (553). Las provincias eclesiásticas de Milán y Aquilea se negaron a aceptar esta condena como válida y se separaron por un tiempo de la Sede Apostólica. La invasión lombarda en Italia (568) favoreció la resistencia, pero desde el 570 los milaneses volvieron gradualmente a la comunión con Roma; la porción de Aquilea sujeta a los bizantinos volvió en el 607, después del cual el cisma contó con pocas iglesias. Se extinguió totalmente bajo el Papa San Sergio I, al final del siglo VII.

13. El cisma de Focio: El siglo IX trajo el cisma de Focio, el cual, aunque transitorio, preparó el camino nutriendo un espíritu de desafío hacia Roma hasta la defección final de Constantinopla.
14. El Gran Cisma de Oriente o cisma griego: Nació la Iglesia Ortodoxa el 16 de julio del año 1054, cuando el Cardenal Humberto de Silva Cándida, legado del Papa León IX, depositó, en presencia del Emperador, la bula de excomunión contra el Patriarca Miguel Cerulario, en el altar mayor de la Catedral de Santa Sofía de Constantinopla y partió para Roma en compañía de los arzobispos Federico de Lorena y Pedro de Amalfi que, con él, formaban la legación pontificia.
El Patriarca Miguel Cerulario, excomulgó a su vez al Papa y a sus legados, consumando una ruptura que se incubaba desde hacia siglos. Las diferencias comenzaron en rigor cuando, en el siglo V, se derrumbó el Imperio, que había adoptado el cristianismo como religión oficial es decir Roma.
De hecho, la sobrevivencia del Imperio Bizantino o de Oriente, por mil años más, separó física y políticamente a la Iglesia: una parte debió adaptarse a catequizar a los bárbaros, en tanto la sección oriental acrecentó su poder. Por aquel tiempo se reconocían cinco patriarcas: Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquia y Jerusalén, de los cuales los cuatro últimos corresponden a la Iglesia del Este.

15. El cisma de Anacleto: En el siglo XII, se debió a la existencia de un antipapa lado a lado con un Pontífice legítimo. A la muerte de Honorio II (1130) Inocente II había sido electo en forma regular, pero una numerosa y poderosa facción se alzó contra él y escogió al cardenal Pedro de la familia Pierleoni. Inocente fue obligado a huir, dejando Roma en manos de sus adversarios. Él encontró refugio en Francia. San Bernardo defendió ardientemente su causa, como lo hizo también San Norberto. El emperador Lotario trajo a Inocente II de regreso a Roma, pero apoyado por Roger de Sicilia el antipapa (Anacleto II) retuvo la Ciudad Leonina, donde murió en 1138.
16. El Gran Cisma de Occidente:

17. El cisma de Enrique VIII: Todo mundo sabe los escandalosos orígenes del cisma de Enrique VIII, que fue el preludio de la introducción del Protestantismo en Inglaterra. El voluptuoso monarca se vio obstaculizado en sus proyectos de divorcio y nueva boda por la oposición del Papa, así que se separó de éste. Tuvo tanto éxito que en 1531 la asamblea general del clero y el Parlamento lo proclamaron cabeza de la Iglesia nacional. Warham, Arzobispo de Canterbury, había al principio originado la adopción de una cláusula restrictiva: «mientras la ley divina lo permita». Pero esta importante reserva no fue respetada, porque la ruptura con la Corte Romana siguió casi inmediatamente. En 1534 el Acta de Supremacía fue votada conforme a los términos de que el rey llegaría a ser la única cabeza de la Iglesia de Inglaterra y que gozaría de todas las prerrogativas que hasta entonces habían pertenecido al Papa. La negativa de reconocer la nueva organización fue castigada con la muerte. Varios cambios siguieron: supresión de los conventos, destrucción de reliquias y de numerosas pinturas y estatuas. Pero el dogma no fue de nuevo atacado bajo Enrique VIII, quien persiguió con igual rigor la adhesión al Papa y a las doctrinas de los Reformadores.

18. El cisma de Utrecht: La infeliz consecuencia del jansenismo, no obstante que nunca se difundió más allá de un puñado de fanáticos. Los cismas subsecuentes pertenecen al fin del siglo XVIII y al siglo XIX.

19. El cisma de la "Iglesia Constitucional": El primero fue causado en Francia por la Constitución Civil del clero de 1790. Por esta ley la Asamblea Nacional constituyente se propuso imponer sobre la Iglesia una nueva organización que esencialmente modificaba su condición y la regulaba mediante la ley eclesiástica pública. Los 134 obispos del reino fueron reducidos a 83, conforme a la división territorial en departamentos; la elección de párrocos cayó en electores nombrados por miembros de las asambleas distritales.

De allí en adelante el clero francés se dividiría en dos facciones: los juramentados y los no-juramentados, y el cisma fue llevado al máximo extremo cuando intrusos bajo el nombre de obispos reclamaron ocupar las sedes departamentales, durante el tiempo de vida y aun en desafío a los derechos de los verdaderos titulares. La condena de la Constitución Civil por parte de Pío VI en 1791 abrió los ojos de algunos, pero otros persistieron hasta que su «Iglesia Constitucional» decayó vergonzosamente y desapareció irremediablemente durante el torbellino de la Revolución.

20. Petit Eglise o los Incomunicantes : Un cisma de naturaleza diferente y de menor importancia fue el de la llamada Petit Eglise o los Incomunicantes, formada al principio del siglo XIX por grupos insatisfechos con el Concordato y el clero del mismo. En las provincias del occidente de Francia el partido adquirió cierta estabilidad desde 1801 hasta 1815; en esta última fecha había llegado a ser una secta distinta. Languideció aun hasta 1830 y eventualmente se extinguió por falta de sacerdotes que la perpetuaran.

21. Chatel y la Iglesia Católica Francesa : En 1831 el abate Chatel fundó la Iglesia Católica Francesa, un pequeño grupo que nunca adquirió importancia. El fundador, quien al principio reclamaba haber retenido todos los dogmas, había sido consagrado obispo por Fabre Palaprat, un autoproclamado obispo del tipo “Constitucional”; Chatel pronto rechazó la infalibilidad de la enseñanza de la Iglesia, el celibato de los sacerdotes y la abstinencia. No reconoció ninguna regla de fe. La secta estaba ya a punto de morir por el ridículo cuando sus lugares de reunión fueron cerrados por el gobierno en 1842.

22. Los “Católicos Alemanes”: Aproximadamente en la misma época hubo en Alemania la escena de un cisma parecido. Cuando en 1844 el Manto Sagrado fue expuesto en Tréveris para la veneración de los fieles, un sacerdote suspendido, Johannes Ronge, aprovechó la ocasión para publicar un violento panfleto contra Arnoldi, Obispo de Tréveris. Rechazaron entre otras cosas la primacía del Papa, la confesión auricular, el celibato eclesiástico, la veneración de los santos y suprimieron el Canon en su Liturgia Eucarística, la cual llamaron “liturgia alemana”. Ganaron adeptos en pequeña cantidad hasta 1848, pero luego de esa fecha decayeron, estando en malos términos con los gobiernos quienes al principio los habían apoyado pero luego les mostraron mala voluntad debido a sus agitaciones políticas.

23. Comunidades separadas después del Concilio Vaticano I : Los oponentes de la recién definida doctrina de infalibilidad, los viejos católicos, al principio se contentaron con una simple protesta; en el Congreso de Munich en 1871 resolvieron constituir una Iglesia separada. Dos años más tarde escogieron como obispo al profesor Reinkens de Breslau, quien fue reconocido como obispo por Prusia, Baden y Hesse. Abandonaron el precepto de la confesión (1874), el celibato eclesiástico (1878), la liturgia romana, que fue reemplazada (1880) por una liturgia alemana, etc. En Suiza también la oposición al Concilio Vaticano I resultó en la creación de una comunidad separada, que también disfrutó del apoyo gubernamental. Se fundó una facultad Católica Antigua en Berna para la enseñanza de teología y E. Herzog, un profesor de dicha facultad, fue electo obispo de la secta en 1876. Un congreso organizado en 1890, en el cual la mayoría de los grupos disidentes, jansenistas, viejos católicos, etc. tuvieron representantes, resolvieron unir todos estos diversos elementos en la fundación de una Iglesia. Como una cuestión de hecho, todos estos grupos están en la ruta del librepensamiento y el racionalismo. En Inglaterra un reciente intento de cisma bajo el liderazgo de Herbert Beale y Arthur Howarth, dos sacerdotes de Nottingham, y Arnold Mathew, han fallado en alcanzar proporciones dignas de un aviso serio.

BIBLIOGRAFIA: J. FORGET y Transcrito por Douglas J. Potter

STO TOMAS DE AQUINO, Summa, II-II (q-xxxix); TANQUEREY, Synopsis theologie, I (Roma, 1908); FUNK, Patres apostolici, I (Tübingen, 1902); TIXERONT, Histoire des dogmes (Paris,1905-9); ALBERS, Enchirid. histoire eccles. (Nimega, 1909-10); DUCHESNE, Histoire .ancienne de l’Église (Paris, 1907-10); GUYOT, Dict. universel des hérésies (Paris, 1847).

viernes, 3 de julio de 2009

CRONOGRAMA TEMATICAS - EVALUACIONES TERCER BIMESTRE

Presentación de Logros.
Semana de refuerzo y superación.
6 Julio – 10 Julio

Evaluación Diagnostica
Historia principales Cismas.
13 Julio – 17 Julio

Historia principales Cismas.
21 Julio -24 Julio EVALUACION ESCRITA

Cisma de Oriente
27 Julio -31 Julio

Decadencia de la Edad Media y surgimiento de las órdenes Mendicantes.
3 Agosto – 6 Agosto

Decadencia de la Edad Media y surgimiento de las órdenes Mendicantes.
10 Agosto -14 Agosto
EVALUACION ESCRITA

La Inquisición.
18 Agosto – 21 Agosto

El destierro de Avignon (Cisma de Occidente).
24 Agosto – 28 Agosto REVISIÓN CARPETA DIANA URIBE

El destierro de Avignon (Cisma de Occidente).
31 Agosto - 4 Septiembre


Evaluación Bimestral
7 Agosto – 11 Agosto

Bibliografía: -Gómez Álvarez Jesús, Manual de historia de la Iglesia, Ed. Claretiana. -Lenzenweger J. , historia de la Iglesia Católica, España, editorial Herder, 1997.

LOGROS TERCER BIMESTRE 2009

BIENVENIDOS AL TERCER BIMESTRE.
LOGROS E INDICADORES
1. Conocer y valorar los hechos más importantes de la historia de la Iglesia.
1.1. Reconoce las causas que originaron el gran cisma de oriente.
1.2. Asimila el recorrido histórico con respecto a otros pequeños cismas que serán preparación para los grandes cismas.
2. Identificar algunas comunidades religiosas que impulsaron la reforma de la Iglesia medieval y aportaron positivamente a la historia de la humanidad.
2.1 Capta la profunda sensibilidad de Francisco de Asís para valorar todos los seres de la creación, descubriendo el aspecto positivo de la naturaleza que nos rodea.
2.2 Comprende el importante papel que tuvieron las órdenes mendicantes en la evangelización de la iglesia y como respuesta eficaz a una crisis.
2.3 Compara la violación de los derechos humanos que supuso la Inquisición con las formas de fundamentalismos que emergen en algunas sociedades de nuestro tiempo.
3. Reconocer los aspectos más importantes que tiene la historia y su vinculación directa e indirecta sobre la historia de la Iglesia.
3.1 Razona lógicamente algunos hechos históricos a través de los relatos de Diana Uribe.
3.2 Observa en el desarrollo de la historia de la iglesia los límites de toda autoridad frente a los derechos de la conciencia personal.
4. Conocer los principales problemas que originaron el gran cisma de occidente.
4.1 Identifica como la crisis de la edad media influye en el desarrollo de los cismas en la iglesia.
4.2 Reconoce como la ciudad de avignon fue clave para este proceso cismático.
Razona claramente porque se dio el gran cisma de occidente.
5. Descubrir los valores que tiene el hecho de realizar concientemente las actividades extra clase como instrumento de formación e investigación.
5.1 Reconoce la importancia de llevar en orden y al día el cuaderno de teoría y actividades.
5.2 Valora y aprecia los aportes que da la investigación personal.

martes, 26 de mayo de 2009

NOTICIA URGENTE

EVALUACION BIMESTRAL MARTES 2 DE JUNIO 2009. BUENA SUERTE

GUIA REFORMA GREGORIANA

Querella de las Investiduras, grave enfrentamiento entre Iglesia y Estado, en los siglos XI y XII, por el papel que desempeñaron los príncipes laicos en las ceremonias donde obispos y abades eran nombrados en sus cargos.
El motivo específico del desacuerdo fue la práctica por la que el príncipe otorgaba al prelado el anillo y el báculo, que constituían los símbolos de su autoridad espiritual.
La práctica de la investidura por los laicos surgió a principios de la edad media, cuando emperadores y reyes trataron de vincular a sus personas los bienes y autoridad que tenían los prelados ofreciéndoles protección a cambio.
La práctica fue por lo tanto una consecuencia natural del sistema feudal, donde los prelados eran muchas veces gobernantes seculares también (y por eso vasallos del rey). Al príncipe laico le preocupaba mucho más que los obispos y abades le fueran leales antes que su rectitud moral.
A mediados del siglo XI estaba en su apogeo un movimiento para reformar la Iglesia en algunas zonas de Francia y Alemania. Reconociendo que la investidura laica no estaba de acuerdo con las antiguas leyes de la Iglesia, los reformadores atribuyeron a esta práctica la mermada moralidad del clero de la época, en particular su indulgencia en materias como la simonía—la compra y venta de cargos eclesiásticos— y el concubinato.
El movimiento de reforma se afianzó en Roma con el papa León IX, y los papas se convirtieron en la fuerza motriz de esa reforma. La investidura laica fue condenada por el papa Nicolás II en 1059; al mismo tiempo excluyó al emperador de su participación efectiva en las elecciones papales.
Cuando el papa Gregorio VII prohibió de forma expresa toda investidura laica se desató la ira de Enrique IV, el emperador del Sacro Imperio Romano, y provocó el episodio más violento de toda la querella, ya que el papa y el emperador se enzarzaron en una serie de destituciones y excomuniones mutuas. Este choque frontal concluyó en 1085 con la muerte de Gregorio en el exilio y con la aparente derrota de su campaña contra la investidura laica.
SOLUCION
Los sucesores de Gregorio, mientras se mantenían fieles a muchos de los mismos ideales, fueron más flexibles en la búsqueda de soluciones. El interés esencial de la Iglesia era asegurarse de que los gobernantes laicos no pudieran otorgar cargos espirituales.
El interés esencial de los reyes consistía en que los obispos, que además iban a ser gobernantes seculares, reconocieran y se sometieran a la autoridad del rey. San Anselmo, una vez nombrado arzobispo de Canterbury, entró en grave conflicto con el rey Enrique I de Inglaterra por este asunto, aunque en 1107 se pudo encontrar una solución por la que tanto el arzobispo como el rey lograban sus propósitos.
El Concordato de Worms en 1122, entre el papa Calixto II y el emperador del Sacro Imperio Romano, Enrique V, reflejó la solución inglesa y sentó las bases para establecer las relaciones futuras entre la Iglesia y los gobernantes temporales.
Según el concordato, la Iglesia tenía derecho a elegir obispos, y la investidura del anillo y el báculo sería realizada por la clerecía.
Sin embargo, la elección tendría lugar en presencia del emperador, que además otorgaría todas las tierras y rentas que estuvieran vinculadas al obispado por la investidura de un cetro, un símbolo sin connotaciones espirituales.
A pesar del concordato, la Iglesia en la edad media nunca tuvo un control absoluto del nombramiento de obispos, y el problema volvió a aparecer en diversas formas.
La investidura fue un tema clave en los conflictos que envolvieron al Galicanismo en el siglo XVII en Francia, pero también ha sido un tema polémico en España hasta hace poco tiempo.
El papado resultante de estos cambios, más insistentes que nunca en reforzar las prerrogativas del sumo pontífice, convenció a la mayoría de los obispos y a muchos príncipes de que estos privilegios eran en el orden religioso y temporal justos, los introdujo en el nuevo Derecho canónico que se estaba formulando por entonces, y los implantó institucionalmente como una burocracia centralizada.
Gregorio VII y sus sucesores fueron así los fundadores del papado moderno.
El legado de los gregorianos alcanzó su cenit con el papa Inocencio III (1198-1216), cuya energía y capacidad le convirtieron en la personalidad religiosa más importante de la sociedad europea de su tiempo. Fue el primer papa en hacer uso consistente del título de vicario de Cristo.

Preguntas Horizontales para Octavo

HOrizontales
1. Segundo rasgo caracteristico de los santos Padres.
2. Primer rasgo caracteristico de lo santo padres que significa rectitud.
3. Obispo de Alejandria y principal defensor contra arrio.
4. Llamado el grande Obispo de Cesarea.
5. Compuso la llamada Filocalia.
6. Fue hermeno menor de Basilio y su hermana se llamo Macrina.
7. Lucho contra la Herejía de Nestorio.
8. Palabra en Griego que significa Madre de Dios.
9. Llamado Boca de Oro por su capacidad de oratoria.
10. Llamado el " Demostenes Cristiano" defendio la Dignidad del Espíritu Santo.

miércoles, 13 de mayo de 2009

GUIA DE ESTUDIO - LOS SANTOS PADRES

LOS PADRES DE LA IGLESIA
2. Padres Orientales
San Atanasio
San Basilio de Cesarea, San Gregorio de Nisa y San Gregorio de Nacianzo
San Juan Crisóstomo
San Cirilio de Alejandría
3. Padres Occidentales
San Ambrosio
San Jerónimo
San Agustín
San León Magno y San Gregorio Magno
San Isidoro de Sevilla
«Padres de la Iglesia se llaman
con toda razón —escribió Juan Pablo II en la Carta Apostólica Patres Ecclesiae (27-1-1980)— a aquellos santos que con la fuerza de la fe, con la profundidad y riqueza de sus enseñanzas la engendraron y formaron en el transcurso de los primeros siglos».
Los siglos IV y V constituyen la edad de oro de la Patrística. En Oriente y Occidente apareció una pléyade de personalidades excepcionales, que aunaban la santidad de vida y una destacada labor en el campo de las ciencias sagradas, e incluso de la cultura en general.
1. Introducción
La historia ha tenido siempre protagonistas, y protagonistas insignes tuvo la historia eclesiástica de la época romano-cristiana. El inmenso esfuerzo de formulación del dogma, expuesto en el capítulo anterior, fue llevado adelante gracias a la sabiduría y la acción de una serie de personajes excepcionales, que se conocen con el nombre de «Padres de la Iglesia». Los Padres aunaban la ciencia sagrada y la nota de santidad, públicamente reconocida por la Iglesia, rasgo éste por el que se diferencian de los simples «escritores eclesiásticos», en los cuales podía no darse la nota de santidad personal o la integridad de la ortodoxia.
Los tiempos de oro de la Patrística fueron los siglos IV y V, aun cuando hasta el siglo VIII se extiende la que puede denominarse «edad de los Padres». Los Padres occidentales escribieron todos en latín; en Oriente los Padres fueron en su mayoría griegos, aunque también los hubo que se expresaron en otras lenguas: sirio, copto, armenio, georgiano, árabe, etc. Aquí se recordará tan sólo a los Padres orientales y latinos que más fama alcanzaron en la Iglesia universal.
La expresión «Padres» se aplica, pues, a los grandes escritores cristianos anteriores al año 750, que reúnen los tres rasgos característicos de ortodoxia de doctrina, santidad de vida y la aprobación al menos tácita de la Iglesia.
Los Padres aparecen como los testigos de la Tradición en la Iglesia, en aquellas doctrinas en las que sus afirmaciones son coincidentes. Es el criterio de la unanimidad moral, ya formulada por San Vicente de Lérins en su célebre Commonitorium (434): «Hay que recibir —decía— las sentencias de aquellos Padres que, viviendo santa, sabia y constantemente en la fe y comunión católica, merecieron ya sea morir fielmente en Cristo, ya sea ser felizmente muertos por Cristo. Pero hay que creerlas de acuerdo con esta norma: Todo lo que todos o muchos afirmaron manifiesta, frecuente o perseverantemente en uno y el mismo sentido, téngase por indudable, cierto y confirmado». Esta doctrina, en el campo concreto de la interpretación de la Sagrada Escritura fue sancionada por el Concilio deTrento: «a nadie le es lícito interpretar la Escritura contra el consenso unánime de los Padres» (Dz 786).
2. PADRES ORIENTALES
2.1. San Atanasio
Breve biografía
El más antiguo de los Padres orientales fue San Atanasio, obispo de Alejandría y principal defensor de la ortodoxia católica frente a la herejía arriana. Atanasio, siendo aún diácono, participó en el Concilio de Nicea del año 325, donde desempeñó un papel relevante. Tres años más tarde fue elegido obispo de Alejandría y consagró más tarde su vida a la defensa de la fe ortodoxa definida en Nicea. Su pontificado se prolongó durante 45 años, 17 de los cuales los pasó desterrado —en Tréveris, en Roma, entre los monjes del desierto egipcio— como consecuencia del extraño signo que tuvo la época del postconcilio niceno, cuando el Arrianismo condenado en Nicea pareció prevalecer merced al influjo conseguido por el obispo filoarriano Eusebio de Nicomedia sobre los emperadores de la dinastía constantiniana.
Sus escritos
La mayor parte de los escritos de Atanasio estuvieron consagrados a la defensa de la ortodoxia y a la exposición científica del dogma trinitario y la doctrina del Logos; en esta línea destacamos sus tres «Discursos contra los árdanos». Atanasio fue también autor de varios escritos sobre la virginidad y de una obra hagiográfica que alcanzó extraordinario éxito: la «Vida de San Antonio», que contribuyó poderosamente a la difusión de la vida ascética en Occidente.
Teología de San Atanasio
En el plano teológico, la victoria final sobre el Arrianismo fue conseguida merced a la obra de tres Padres pertenecientes, como Atanasio, a la escuela alejandrina y que son conocidos con el título común de los grandes capadocios: los hermanos Basilio de Cesárea (+379 aprox) y Gregorio de Nisa (335-394?) y su amigo Gregorio de Nacianzo (+389-390).
2.2. Basilio de Cesarea, Gregorio de Nisa y Gregorio de Nacianzo
Basilio, llamado el Grande, fue arzobispo de Cesárea y destacó, no sólo por sus escritos teológicos antiarrianos, sino también como hombre de gobierno y organizador del monacato oriental. Fue autor de dos reglas monásticas y de una liturgia que lleva su nombre. Su tratado «A los jóvenes» encierra todo un programa de humanismo cristiano.
Su amigo Gregorio Nacianceno compuso la «Filocalia», una antología de las obras de Orígenes, y fue llamado por su elocuencia el «Demóstenes cristiano». Sus discursos, dirigidos a defender la dignidad del Hijo y del Espíritu Santo le valieron el apelativo de «el Teólogo».
El tercero de los Padres capadocios fue el hermano menor de Basilio, Gregorio de Nisa. Dotado de un excepcional talento especulativo, y seguramente el más profundo de los tres, compuso la «Gran Catequesis», una excelente exposición y defensa de los principales dogmas del Cristianismo, y escribió un sugestivo «Diálogo», mantenido con su hermana Macrina, acerca del alma y la resurrección. Fue uno de los Padres de la mística cristiana y descubrió, sobre la base de su experiencia personal, la acción del Logos en el alma, que completa la obra de salvación incoada en el bautismo.
2.3. San Juan Crisóstomo (344-407)
Antioqueno de nacimiento y formación, San Juan Crisóstomo «Boca de oro»— (344-407) ha sido considerado por la Iglesia griega como su mejor orador y un exegeta eminente, que comentó numerosos libros de la Biblia. Obispo de Constantinopla durante seis años, sus célebres homilías le acarrearon la enemistad de la emperatriz Eudoxia, y en consecuencia, la pérdida de la sede y el destierro hasta la muerte.

2.4. San Cirilio de Alejandría
El doctor egipcio más ilustre del siglo V fue sin duda San Cirilo, obispo de Alejandría (412-444); Cirilo mantuvo la doctrina ortodoxa frente a Nestorio y, por su defensa del título de Madre de Dios para la Virgen, ha de considerarse como el principal mariólogo entre todos los Padres de la Iglesia. Su influencia fue decisiva en el concilio de Efeso, donde se definió —como ya se ha dicho— la Maternidad divina de María.
3. Padres Occidentales
3.1. San Ambrosio (333-397)
El primero de los grandes Padres occidentales fue, por encima de cualquier otra consideración, un personaje histórico de gran relieve: San Ambrosio (333-397), que desarrolló una notable actividad literaria de exégesis bíblica y predicación, pero estuvo, además, en el centro de la actualidad, en una apoca singularmente conflictiva y difícil. Ambrosio fue un genuino romano, y esa cualidad se deja sentir tanto en su brillante carrera civil como en su gobierno pastoral de obispo de Milán, a cuya sede fue elevado por aclamación popular, siendo todavía simple catecúmeno.
Correspondió a San Ambrosio el honor de administrar el bautismo a quien habría de ser el mayor de los Padres occidentales, San Agustín. Le tocó en suerte también ser amigo y consejero de tres emperadores y excomulgar a uno de ellos —Teodosio el Grande— por la matanza de Tesalónica; pero a su muerte hizo de él un impresionante elogio fúnebre, tan sentido como la oración que pronunciara años antes en memoria de su antecesor Valentiniano II. La fama de Ambrosio trascendió a su sede episcopal —Milán—, cuyo prestigio se acrecentó considerablemente, no sólo en Italia del Norte, sino también en otras regiones del Occidente latino.
3.2. San Jerónimo (342-420)
El Occidente romano dio también a la historia cristiana su más insigne cultivador de la Sagrada Escritura: el dálmata Eusebio Jerónimo (342-420). Merece la pena destacar que Jerónimo, como la mayoría de los Padres de la Iglesia, no vivió una existencia recoleta, consagrada a los estudios y de espaldas a las realidades de su tiempo. Antioquía y Constantinopla, Tréveris y Roma fueron sucesivas residencias de San Jerónimo, que terminó por establecerse en Belén, la ciudad natal de Jesús.
Jerónimo fue también algo muy distinto a un erudito intelectual o un puro hombre de estudio. Polemista apasionado, promovió con entusiasmo el ascetismo en su labor de dirección espiritual de nobles damas de la aristocracia romana. Su obra como historiador y exegeta es muy notable; mas su gran legado ha sido la traducción de numerosos libros de la Biblia, directamente del hebreo o arameo al latín. Esta versión es la célebre Vulgata, cuya «autenticidad», declarada por el Concilio de Trento, significa que en materia de fe y costumbres está exenta de error. A Jerónimo se debe también la primera historia de la literatura cristiana: los «Varones ilustres», que fue continuada por Genadio de Marsella.
3.3. San Agustín (354-430)
El principal Padre de la Iglesia y una de las figuras cumbres de la historia cristiana, y aun de toda la humanidad, fue el africano Aurelio Agustín (354-430). Sus «Confesiones» —autobiografía espiritual desde la infancia hasta su conversión— es una obra maestra de la literatura universal, que conserva intacta su modernidad a través de los siglos e interesa al lector de todos los tiempos.
San Agustín comentó el Antiguo y el Nuevo Testamento y trató los grandes temas de la Teología, que gracias a su aportación experimentó decisivos avances. Hombre de su época, Agustín se interroga acerca de los acontecimientos históricos que se sucedían ante sus ojos, y en especial la ruina del Imperio romano de Occidente, abatido por las invasiones bárbaras, justamente cuando había llegado a ser un Imperio cristiano. Los paganos interpretaban estas desgracias de Roma como un castigo de los dioses, por haber abandonado la vieja religión. Agustín escribió en respuesta «La Ciudad de Dios», ensayo de Teología de la Historia y tratado de Apologética, en el cual se pregunta por el sentido de los tiempos y el plan de la Providencia divina.
En su ancianidad, experimentó de cerca la inclemencia del tiempo que le tocó conocer y murió en su ciudad episcopal de Hipona, cercada por los vándalos. El título de Doctor gratiaecon el que es conocido en la historia de la Teología recuerda especialmente el largo esfuerzo desplegado por él para combatir la doctrina racionalista de Pelagio sobre la gracia. La Iglesia de Occidente cuenta también entre sus Padres a dos papas a los cuales la historia les atribuye el apelativo de «Magno»: León y Gregorio.
3.4. San León Magno y San Gregorio Magno
León I —tal como se ha visto— contribuyó de modo sustancial a la formulación del dogma cristológico. La teología del Primado romano y su fundamentación escriturística en el Primado conferido por Cristo a Pedro se debe igualmente en buena parte a San León.
El otro papa «grande», Gregorio (540-604), es ya un romano proyectado hacia el Medievo. Mucho había cambiado el mundo en pocos siglos: si el contexto histórico del primer gran Padre de la Iglesia, Atanasio, fue el Imperio constantiniano, el horizonte vital de Gregorio Magno —tanto o más que la lejana Constantinopla— era la Italia longobarda, la España visigoda y la Francia merovingia. Las obras de Gregorio —los «Morales» o los «Diálogos»— las leerán con avidez los hombres de la Edad Media; y el canto «gregoriano» se conservó vivo en la Iglesia hasta nuestros días.
3.5 San Isidoro de Sevilla
Un español —San Isidoro de Sevilla (636)— puede considerarse en rigor como el último Padre occidental. Sus «Etimologías» fueron la primera enciclopedia cristiana, y su misión, la de ser el maestro del Occidente medieval, al que hizo llegar las riquezas de la sabiduría de la Antigüedad.
Fuente: José Orlandis (Historia de la Iglesia, 2001)