jueves, 15 de octubre de 2009

CONCILIO VATICANO II - CUARTO BIMESTRE


El Concilio Vaticano II fue un concilio ecuménico de la Iglesia católica siendo uno de los eventos históricos que marcaron el siglo XX. Fue convocado por el papa Juan XXIII, quien lo anunció desde el mes de enero de 1959.
El Concilio constó de cuatro sesiones, siendo la primera de ellas presidida por el mismo Papa en el otoño de 1962. Él no pudo concluir este Concilio ya que falleció un año después, (el 3 de junio de 1963). Las otras tres etapas fueron convocadas y presididas por su sucesor, el Papa Pablo VI, hasta su clausura en 1965. La lengua oficial del Concilio fue la lengua latina.
Fue el Concilio que contó con más representación de todos, con una media de asistencia de unos dos mil padres conciliares procedentes de todas las partes del mundo y de una gran diversidad de lenguas y razas. Asistieron además miembros de otras confesiones religiosas cristianas.
Concilio Ecuménico Vaticano II XXI Concilio Ecuménico
Fecha de apertura:
11 de octubre de 1962
Fecha de clausura:
8 de diciembre de 1965
Reconocido por:
Católicos
CONVOCADO por Papa Juan XXIII
Presidido por
Papa Juan XXIII (1962)Papa Pablo VI (1963-1965)
Participación
2450 obispos
Tema principal
Promover el desarrollo de la fe católica.
Lograr una renovación moral de la vida cristiana de los fieles.
Adaptar la disciplina eclesiástica a las necesidades y métodos de nuestro tiempo.
Tras un largo y duro trabajo, se redactaron 16 documentos, cuyo conjunto constituye una toma de conciencia de la situación actual de la Iglesia y define las orientaciones que se imponen.
Estos documentos son:
CONSTITUCIONES:
Dei Verbum (Constitución Dogmática sobre la Divina Revelación)
Lumen Gentium (Constitución Dogmática sobre la Iglesia)
Sacrosanctum Concilium (Constitución sobre la Sagrada Liturgia)
Gaudium et Spes (Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual)
DECLARACIONES CONCILIARES:
Gravissimum Educationis (Declaración sobre la Educación Cristiana)
Nostra Aetate (Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las Religiones no cristianas)
Dignitatis Humanae (Declaración sobre la libertad religiosa)
DECRETOS CONCILIARES:
Ad Gentes (Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia)
Presbyterorum Ordinis (Decreto sobre el ministerio y vida de los presbíteros)
Apostolicam Actuositatem (Decreto sobre el apostolado de los laicos)
Optatam Totius (Decreto sobre la formación sacerdotal)
Perfectae Caritatis (Decreto sobre la adecuada renovación de la vida religiosa)
Christus Dominus (Decreto sobre el ministerio pastoral de los Obispos)
Unitatis Redintegratio (Decreto sobre el ecumenismo)
Orientalium Ecclesiarum (Decreto sobre las Iglesias orientales católicas)
Inter Mirifica (Decreto sobre los Medios de comunicación social)
http://www.youtube.com/watch?v=s2J8R3K9guE VIDEO JUAN XXIII



Bibliografía
Ralf van Bühren: Kunst und Kirche im 20. Jahrhundert. Die Rezeption des Zweiten Vatikanischen Konzils (Konziliengeschichte, Reihe B: Untersuchungen), Paderborn: Ferdinand Schöningh 2008 (ISBN 978-3-506-76388-4)
Michael Bredeck: Das Zweite Vatikanum als Konzil des Aggiornamento. Zur hermeneutischen Grundlegung einer theologischen Konzilsinterpretation (Paderborner theologische Studien, 48), Paderborn: Ferdinand Schöningh 2007 (ISBN 978-3-506-76317-4)
Alberigo, Giuseppe: Breve storia del concilio Vaticano II (1959–1965), Bologna 2005
Chenaux, Philippe: Les agents de la réception de Vatican II. Métodologie et orientations de recherche, in: Annuarium Historiae Conciliorum 33, 2001, S. 426–436

CRONOGRAMA DE PROGRAMAS DE DIANA URIBE CUARTO BIMESTRE

1. Programa del 11 Octubre 2009 "La Elegía de los Cátaros".
2. Programa del 23 Agosto 2009 "Francia , la era de los capetos y la llegada de los Vikingos".

A. Presentar dichos programas : Resumén y mapa conceptual y Dibujo IDEOGRAMA de cada uno.
B. A mano con buena ortografía.
C. Carpeta Bien Presentada.

Fecha Entrega: Semana del 3 al 9 de Noviembre. DURANTE LAS CLASES.

lunes, 12 de octubre de 2009

CONCILIO DE TRENTO

Concilio de Trento, decimonoveno concilio ecuménico de la Iglesia católica apostólica romana, que tuvo lugar, a lo largo de tres etapas, entre 1545 y 1563. Convocado con la intención de responder a la Reforma protestante, supuso una reorientación general de la Iglesia y definió con precisión sus dogmas esenciales. Los decretos del Concilio, confirmados por el Papa Pío IV el 26 de enero de 1564, fijaron los modelos de fe y las prácticas de la Iglesia hasta mediados del siglo XX.
Todo el mundo consideraba necesario, a finales del siglo XV y principios del XVI, la convocatoria de un concilio que reformara la disciplina de la Iglesia. El V Concilio de Letrán (1512-1517) fracasó en este sentido y concluyó sus deliberaciones antes de que se plantearan las nuevas cuestiones suscitadas por Martín Lutero. Ya en 1518, el teólogo alemán subrayó la necesidad de celebrar un concilio que afrontara las polémicas surgidas. Aunque numerosos dirigentes respaldaron su petición, el Papa Clemente VII temía que una reunión de este tipo pudiera favorecer la teoría que afirmaba que la autoridad suprema de la Iglesia recaía en los concilios y no en el pontífice. Además, las dificultades políticas que el luteranismo planteó al emperador Carlos V hicieron que otros gobernantes, y de forma significativa el rey de Francia, Francisco I, se mostraran reacios a apoyar cualquier acción que pudiera fortalecer el poder del emperador, liberándole de estos conflictos.
Pablo III fue elegido Papa en 1534 debido, en parte, a su promesa de convocar un concilio. Tras los fallidos intentos para que éste tuviera lugar en Mantua (1537) y en Vicenza (1538), el Concilio inauguró sus sesiones en Trento el 13 de diciembre de 1545. Con escasa participación al principio, y nunca libre de obstáculos políticos, aumentó de forma
progresiva el número de asistentes y su prestigio a lo largo de las tres fases en que se desarrolló.
FASES
1.PRIMERA FASE (1545-1547)
En muchos aspectos, esta primera fase fue la que tuvo mayor alcance. Una vez fijadas las numerosas cuestiones de procedimiento, fueron abordados los principales temas doctrinales planteados por los protestantes. Uno de los primeros decretos afirmaba que las Escrituras tenían que ser entendidas dentro de la tradición de la Iglesia, lo que representaba un rechazo implícito del principio protestante de `sólo Escrituras'. El largo y elaborado decreto sobre la justificación condenaba el pelagianismo, doctrina herética a la que también era contrario Lutero, aunque intentaba al mismo tiempo definir un papel para la libertad humana en el proceso de la salvación. Esta sesión también se ocupó de ciertas cuestiones disciplinarias, como la obligación de los obispos de residir en las diócesis de las que fueran titulares.
2. SEGUNDA FASE (1551-1552) Después de una interrupción, provocada por una profunda desavenencia política entre Pablo III y Carlos V, la segunda fase del Concilio, convocada por el nuevo Papa Julio III, centró su atención en el tema de los sacramentos. Esta sesión, boicoteada por la legación francesa, fue continuada por algunos representantes protestantes.
3· TERCERA FASE (1561-1563)
Debido a una declaración de guerra, el Concilio permaneció suspendido durante la parte final del pontificado de Julio III, así como en los años que Marcelo II y Pablo IV ocuparon el solio pontificio. Fue Pío IV quien renovó su convocatoria en 1561, cuando en España reinaba ya Felipe II, para afrontar la que sería su fase final. En las deliberaciones de esta su última etapa se impusieron las cuestiones disciplinarias, para hacer hincapié en el problema pendiente de la residencia episcopal, considerado por todas las partes clave para la auténtica aplicación de una reforma eclesiástica. El hábil legado pontificio Giovanni Morone armonizó posturas opuestas y logró clausurar el Concilio. En 1564 Pío IV publicó la Profesión de la fe tridentina (por Tridentum, el antiguo nombre romano de Trento), resumiendo los decretos doctrinales del Concilio. Sin embargo, a pesar de su duración, el Concilio nunca se ocupó del papel del pontificado en la Iglesia, un tema planteado repetidas veces por los protestantes. Entre los muchos teólogos que participaron en sus sesiones, Reginald Pole, Diego Laínez, Melchor Cano, Domingo de Soto y Girolamo Seripando, fueron los que desarrollaron una actividad más intensa en los debates. También fue muy importante la actuación desarrollada por los miembros de la Compañía de Jesús.
SIGNIFICADO DEL CONCILIO DE TRENTO.

El Concilio de Trento definió algunos dogmas incontestables: el hombre tiene libre albedrío e inclinación natural al bien; la fe se obtiene a través de las Sagradas Escrituras y se complementa con la tradición de la Iglesia, establecida por textos de Padres y Doctores de la Iglesia y concilios; la misa es un sacrificio y una acción de gracias; la eucaristía supone una transubstanciación real; la Iglesia es el instrumento querido por Dios, guiada por el Espíritu Santo es santa, católica, romana y apostólica.
También fueron acordados principios de procedimiento y disciplina: residencia episcopal; obediencia del obispo al papa (pero reconociéndose las excepciones de los estados con regio patronato, como España y Francia); condiciones del reclutamiento sacerdotal (edad, ciencia adquirida, independencia material, además de establecerse la creación de seminarios episcopales para la formación sacerdotal); invitación a las órdenes religiosas para observar sus reglas fundacionales.
Además de la resolución de cuestiones doctrinales, teológicas y disciplinarias fundamentales para los católicos romanos, el Concilio también impartió entre sus dirigentes un sentido de cohesión y dirección que se convirtió en un elemento esencial para la revitalización de la Iglesia durante la Contrarreforma. Los historiadores actuales opinan que las decisiones conciliares fueron interpretadas y aplicadas en un sentido más estricto del que pretendieron sus participantes, y algunos creen que tuvo menos importancia en el resurgimiento del catolicismo romano que otros factores. No obstante, la designación de `era tridentina' para los siglos comprendidos entre Trento y el Concilio Vaticano II, refleja la decisiva trascendencia que tuvo el Concilio en la Iglesia católica moderna.
TAREA : Con el anterior texto elaborar una sopa de letras.

domingo, 20 de septiembre de 2009

MARTÍN LUTERO GUÍA N. 2 CUARTO BIMESTRE

biografia martin lutero OBSERVAR ESTOS VIDEOS.
En muy contadas ocasiones un solo hombre ha sido capaz de desencadenar un cambio tan radical en el curso de la historia.
¿Quién fue realmente este hombre que tan poderoso influjo ha ejercido en la marcha de los acontecimientos europeos desde el siglo XVI?
«Al vaivén del fervor y del odio vacila su re­trato en la historia»:
— Lutero ha sido duramente combatido por la historiografía católica. En cambio, Lutero ha sido exageradamente encumbrado por la historiografía protestante. El resultado de estas dos posiciones contra­rias ha sido una imagen irreal, desfigurada de Lutero.
En nuestros días existe ya una posibilidad de entendimiento entre católicos y protestantes so­bre lo que realmente fue Lutero y sobre el significado de su reforma.

1. Nacimiento de Lutero: Martín Lulero nació en (Sajonia) el día 10 de no­viembre de 1483.

2. Predicación de las indulgencias: El Papa Julio II (1503-1513) se propuso la construcción de una grandiosa basílica digna del Príncipe de los apóstoles. Con este fin requirió los servi­cios del arquitecto Bramante. En 1506 se colo­có la primera piedra. Para sufragar los gastos de la basílica mandó predicar una indulgencia plenaria para todos aquellos que contribuyeran con sus limosnas.
León X. sucesor de Julio II, renovó la in­dulgencia en 1514. En Alemania se asignó la promulgación de la bula al arzobispo de Magdeburgo, Alberto de Brandehurgo. La mitad de la recaudación sería para la construcción de la basílica de San Pedro, y la otra mitad se le dejaba al joven arzobispo para que pudiera pagar a la curia pontificia los impuestos por su acumulación de beneficios.
Alberto de Brandeburgo encargó al domini­co Juan Tetzel la predicación de la indulgen­cia en Sajonia. Sus predicaciones provocaron las iras de Lutero.

3. Las 95 tesis de Lutero sobre las indul­gencias: Las últimas investigaciones en torno a la fijación de las 95 tesis sobre las indulgen­cias en la puerta de la Iglesia del castillo de Wittemberg por Lutero han demostrado que se trata de una leyenda. No obstante, se puede considerar el día 31 de octubre de 1517 como la fecha de nacimiento de la rebelión protestan­te, porque en ese día Lutero recurrió a la auto­ridad eclesiástica; y este recurso, no atendido, fue el que dio origen a la reforma luterana. El día 31 de octubre de 1517 Lutero se encon­traba aún en la alternativa de convertirse en un auténtico reformador de la Iglesia o en un revolucionario. Si la jerarquía eclesiástica de su distrito hubiese dado una respuesta de ver­daderos pastores de almas al recurso presentado por el monje agustino de Wittemberg, sin duda que se habría evitado la escisión de la Iglesia.


4. Doctrinas heréticas de Lutero: Lutero te­nía una gran raigambre católica. El pensamiento católico pervive en él. Su Catecismo abreviado podría, casi enteramente, formar parte de un Catecismo católico. A pesar de ello, Lutero fue hereje. Los puntos básicos de su pensamiento herético son los siguientes:

a) Tendencia espiritualística respecto a la Iglesia y a la religión en general:
— Despoja a la Iglesia de su corporeidad.
— Contra la autoridad objetiva del Magisterio eclesial pone un individualismo subjetivista.
— Al quemar el Derecho Canónico (1520) anuncia un nuevo concepto de la Iglesia: La Iglesia de la fe en contra de la Iglesia del orden jurídico.
— Al negar la eficacia santificadora de los Sacramentos, a excepción de la Cena y del Bautismo.

b) Justificación: Contra la doctrina de la justificación, por medio de las buenas obras, enseñada siempre por la Iglesia, Lutero afirma que la justificación se consigue por la sola fe.

c) Contra la concepción tradicional que de­finía la fe como un asentimiento y sumisión a la verdad objetiva, Lutero afirma que la fe con­siste en el encuentro subjetivo con Dios por la confianza.

d) Contra la conciencia moral ligada objeti­vamente a la Iglesia, propone Lutero la concien­cia moral subjetiva.

5. Juicio sobre Lutero:
a) Casi todos los críticos consideran a Lu­tero, en bueno o en mal sentido, como un profeta, porque predica la penitencia con un extraordinario poder de su palabra, descubre la pecaminosidad de los hombres y pone el dedo sobre las llagas de su época, invita a la conversión, amenaza a los hombres con la re­probación eterna de Dios, tiene su peculiar in­terpretación del Evangelio.

b) Pero en Lutero no se da el profetismo ge­nuino, porque éste sólo existe cuando el profeta es boca de Dios y cuando su testimonio de verdad es objetivo y absolutamente válido, no sólo unilateralmente válido como en Lutero.

c) Lutero fue absolutamente leal y sincero en sus exigencias de reforma, a pesar de algu­nas dudas de conciencia que lo acompañaron siempre. Pero Lutero no fue un santo: El odio terrible y casi demoníaco contra sus enemigos descartan su santidad.

Bibliografía: *Manual de la Historia de la Iglesia. Jesús Alvarez Gomez, cmf.
*Historia de la Iglesia Católica. J.Lenzenweger. ed. Herder . 1997.

LA REFORMA PROTESTANTE GUIA N.1 Cuarto Bimestre

Causas de la reforma protestante
A) CAUSAS: Se pueden distinguir dos categorías de causas de la reforma:
1. Factores disolventes de la catolicidad de la Iglesia existentes al margen de la Iglesia:
a) Culturales:
— Individualismo en Teología y Filosofía bajo la forma de un espíritu crítico que somete a revisión no sólo las opiniones de escuela, sino incluso las fuentes mismas de la reve­lación.
— Incremento de las Ciencias de la Naturaleza, que tienden a apartarse de lo tradicional.
- Humanismo: Que se centra funda­mentalmente en una nueva concepción de la vida y lleva en sí los gérmenes de una disolución de todo el sistema religioso-cul­tural tradicional.
- Materialismo: Una de las características fun­damentales del Renacimiento, que prescin­día prácticamente de lo sobrenatural con el consiguiente indiferentismo respecto a la Iglesia y al cristianismo.

b) Políticos:
- La unidad política de la República Cristiana medieval ha desaparecido. El papado y el Imperio ya no son las autoridades rec­toras de Europa.
- Desde principios del siglo XIV el nacionalis­mo presidía la política internacional. El in­dividualismo nacional destruye todo proyec­to de acción colectiva.
- Las grandes naciones europeas se han des­vinculado del feudalismo medieval y em­piezan a caminar hacia el absolutismo.
- En Alemania, la formación de Estados terri­toriales va en perjuicio del Imperio y tam­bién del papado.
- El papado, dentro de esta creciente forma de nacionalismo europeo, empezará a considerarse como una potencia extranjera, que entra a formar parte de las ligas políticas y declara la guerra a los Reyes. El abuso de los derechos fiscales de la curia, sobre todo en Alemania, dará lugar a las quejas de los reyes y de los súbditos.

c) Económico-sociales:
- La economía del siglo XV se ve profunda­mente modificada por el desarrollo del crédito y por el continuo auge que va to­mando la burguesía, dueña del comercio.
- La nueva situación económica de Europa influyó de un modo decisivo en la misma vida interna de la Iglesia. Con la creciente devaluación del capital de la Iglesia, con­sistente en tierras dadas en feudo o en arriendo, los obispos pierden su indepen­dencia respecto a los fieles. Consecuencia de ello será la acumulación de beneficios eclesiásticos.
La pobreza obligará a los cu­ras rurales a ganarse el sustento de un modo diverso. La decadencia económica obligó a la curia romana a emplear nuevos sistemas para asegurar los ingresos necesarios al rec­to desempeño de los organismos curiales. Las quejas contra la política económica de la Santa Sede se convirtieron en la queja del siglo.
- En contraposición a las ciudades donde una burguesía rica hacía afluir grandes cantida­des de dinero, los antiguos caballeros que vivían de la guerra y los mismos campesinos viven ahora casi en la miseria. La situación de los campesinos era realmente desastrosa por los elevados impuestos y rentas que les exigían los propietarios de las tierras, en­tre los que se encontraba también la Iglesia. Las sublevaciones de los campesinos, tan frecuentes en este tiempo, tienen solamente ahí su explicación. La reputación de la Igle­sia entre estos estamentos no podía ser muy elevada.

2. Factores disolventes existentes dentro de la Iglesia:

a) Las causas decisivas de la escisión reli­giosa del siglo XVI hay que buscarlas en el in­terior de la Iglesia.
El relajamiento de la disciplina y la des­orientación doctrinal, derivados del gran cisma de Occidente, no habían sido corregidos ni por los Concilios ni por los Papas. Al contrario, habían aumentado peligrosamente.
b) Los abusos más notables existentes en el papado los hemos visto al hablar de los Papas del Renacimiento. Pueden resumirse así:
— Nepotismo.( Desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las concesiones o empleos públicos.)
— Fiscalismo curial. — Sistema beneficial.
— Escasa sensibilidad doctrinal.
— Despreocupación por la cura pastoral.
c) El fasto, mundanidad, avaricia, descuido del ministerio pastoral los encontramos tam­bién en el episcopado:
— Los obispos procedían casi todos de la no­bleza. Más que pastores de almas eran se­ñores temporales.
— La acumulación de varios obispados impe­día el cumplimiento de la obligación de re­sidir en el lugar del beneficio.
d) El clero inferior: Mientras el clero alto nadaba en la abundancia, el clero inferior se moría de hambre. Sin cultura, sin formación religiosa, sin interioridad, vivía en la ociosidad. Los obispos se despreocu­paban de su clero. La reforma de Lutero ofre­ció a muchos de ellos una buena ocasión, sobre todo en Alemania, para librarse de las obliga­ciones del sacerdocio.
e) En el clero regular existían, desde anti­guo, indicios de reforma; pero junto a los con­ventos y monasterios observantes existían mu­chos otros absolutamente relajados.
f) La situación de los fieles no era más ha­lagüeña... Para los hombres de este tiempo, la Iglesia, con todo su mundo, Papa, obispos, cu­ras, frailes, etc., era algo tan necesario para la vida como el pan de cada día; pero, por otra parte, el pueblo fiel estaba descontento de aquella contradicción existente en la unión de­masiado estrecha entre lo espiritual y lo tempo­ral.. Existen muchas manifestaciones de piedad popular; quizá más que nunca abundan las fundaciones pías, las donaciones a la Iglesia, las peregrina­ciones, etc., pero todo esto estaba vacío, no había interioridad.
Bibliografía: *Manual de la Historia de la Iglesia. Jesús Alvarez Gomez, cmf.
*Historia de la Iglesia Católica. J.Lenzenweger. ed. Herder .

viernes, 21 de agosto de 2009

CISMA DE OCCIDENTE GUIA DE ESTUDIO 24 - 28 Agosto. Tercer Bimestre.

La fotografia es del palacio de los papas en Avigñon(Francia)


El Cisma de Occidente
El Cisma de Occidente constituye la crisis más grave que experimentó la Iglesia en la llamada Baja Edad Media y hemos de enmarcarlo en la crisis general de Europa en los siglos XIV y XV.
Veremos ahora los antecedentes de la crisis, el conflicto que consumo el Cisma y cómo se complicó el conflicto hasta su solución.
Antecedentes de la crisis
Las disputas entre el rey francés y el Papa sobre la superioridad de poder espiritual (de la Iglesia) por encima del poder temporal (de rey) deterioraron profundamente a la Iglesia.
Muerto Benedicto XI tras un breve pontificado (1303-1304), fue ele­gido Papa el arzobispo de Burdeos, Clemente V, amigo del rey fran­cés. En el año 1309, el nuevo Papa decidió trasladar su sede de Roma que en aquel momento estaba expuesta a las insurrecciones popu­lares y a las luchas de la nobleza, a la ciudad francesa de Aviñón.
PAPAS de AVIÑON.
Clemente V, Juan XXII, Benedicto XII, Clemente VI, Inocencio VI, Urbano V, Gregorio XI. Dos Anti papas: Clemente VII, Benedicto XII

Los papas permanecieron en Aviñón durante 68 años. En este perío­do de tiempo, todos los papas eran franceses y estaban fuertemente presionados por el rey de Francia.
Los papas de Aviñón se caracterizaron por:
a. Una fuerte centralización de la Iglesia, mediante el refuerzo de las estructuras de gobierno, la llamada curia.
b. Un enriquecimiento de las arcas papales por el aumento de los im­puestos a la Iglesia en todos los Estados cristianos.


Cisma de Occidente (1378-1417)
Gregorio XI (1370-1378)
_________I_________
I I
Papas de Roma Papas de Aviñón
I I
Urbano VI (1378-1389) Clemente VII (1378-1394)
I
Bonifacio IX (1389-1404)
I
Inocencio VII (1404-1406)
I
Gregorio XI-------------------Benedicto XIII
(1406-1415) I (1394-1417)
I
Concilio de Pisa (1409)
I
Gregorio XII en Roma
Benedicto XIII en Aviñón
Alejandro V (1409-1410) en Pisa
I
Concilio de Constanza (1414-1417)
I
Termino el cisma con Martín V (1417-1431)

El conflicto
La permanencia de los papas en Aviñón propició un mo­vimiento de reacción en toda la cristiandad, abanderado por santos de la categoría de Catalina de Siena, o litera­tos como Petrarca, que exigían la vuelta del Papa a su sede de Roma como padre de la Iglesia universal, liberándose de la política e influencia de los reyes franceses.
El papa Gregorio XI, en el año 1377, decidió volver a Roma para recobrar la libertad. Al morir en 1378, los cardenales eligieron como Papa a un obispo no francés que tomó el nombre de Urbano VI. Pero los cardenales franceses decidieron elegir a otro Papa, el francés Clemente VII, que se instaló de nuevo en la ciudad francesa de Aviñón.
Se inició así el Cisma de Occidente: hubo dos papas al mismo tiempo, uno en Roma, Urbano VI, y el otro en Avi­ñón, Clemente VII.
La cristiandad también se dividió:

A. Apoyaban al Papa de Roma: Italia, Inglaterra, Hun­gría y Escandinavia.
B. Siguieron al Papa de Aviñón: Francia, Castilla, Aragón, Navarra, Ñapóles, Saboya, Sicilia y Escocia.

Complicación y solución del conflicto
En 1409, la situación se complicó. Los cardenales del otro bando convocaron el Concilio de Pisa. En él se destituyó tanto al Papa de Roma como al de Aviñon y eligieron un nuevo Papa, Alejandro V.
Pero ninguno de los papas quiso renunciar y la cristiandad se encontró con tres papas al mismo tiempo:
Gregorio XII, en Roma.
Benedicto XIII, en Aviñón.
Alejandro V, en Pisa.
Ante tan grave panorama, se convocó un nuevo Con­cilio en Constanza (1414). En él se depuso a los pa­pas de Aviñón y Pisa. El de Roma se retiró voluntaria­mente, y eligieron a Martín V como único Papa de la Iglesia, que fijó definitivamente la sede pontificia en Roma.
El Papa Luna
Benedicto XIII,
el último Papa de Aviñón, se llamaba Pe­dro Martínez de Luna y nació el año 1328 en (llueca, en los territorios de la Corona de Aragón. Fue nombrado car­denal en 1375 y acompañó al papa Gregorio XI en su re­greso a Roma.
Participó en el cónclave que eligió a Urbano VI. Poco des­pués, se unió a los cardenales franceses rebeldes y parti­cipó también en la elección de Clemente VIl. Su condición de aragonés y su mediación diplomática hizo que los reinos cristianos peninsulares siguieran al Papa de Aviñón.
Inicialmente era partidario de que ambos Papas renunciasen para elegir uno nuevo, pero cambió de opinión cuan­do, a la muerte de Clemente VII, fue elegido Papa y adoptó el nombre de Benedicto XIII.
No aceptó las decisiones de los concilios de Pisa ni de Constanza. Tras ser elegido Martín V, perdió todos los apo­yos y se retiró al castillo de Peñíscola, donde murió, en, 1424.

DESARROLLAR EL SIGUIENTE CUESTIONARIO en el Cuaderno de Actividades: (Se pedirá cuenta en las clases correspondientes)
1. ¿Crees que es importante que hoy día la Iglesia sea libre y tenga su pequeño Estado y no dependa de un gobierno determinado? Justifica tu respuesta.
Lee atentamente el desarrollo del Cisma de Occidente y responde a las cuestiones siguientes.
2. ¿Qué hecho provocó el enfrentamiento entre el Papado y el trono francés?
3. ¿Qué consecuencias tuvo este conflicto en la vida de la Iglesia?
4. ¿Qué hechos dieron lugar al traslado de la sede papal a Aviñón? ¿Cómo repercutió en el gobierno de la Iglesia?
5. ¿Por qué decidió el Papa regresar a Roma? ¿Quiénes influyeron en él?
6. ¿De qué modo se puso fin al Cisma? Valora las actitudes de los papas que intervinieron en la solución.